La derecha se cansó de esperar "El Caracazo" y los fabrica a "realazo" limpio

La oposición tiene tiempo dejando más allá de un segundo plano la actividad política sana, alguien pudiera decir que es una actitud derivada de sus tantos fracasos, no se cuentan las gobernaciones, diputaciones, alcaldías y/o concejalías que detentan, porque su sueño es lograr la Presidencia de la Republica, sino pregúntenle a "Capricho Radonsky", quien pasa más tiempo en un avión que en la sede de la Gobernación de Miranda. Ni hablar del nieto de Rómulo Betancourt, heredero de la conciencia entreguista de su abuelo político, ni de los coloridos y floridos que lo acompañan en la Asamblea Nacional, que usan el hemiciclo para congraciarse con los gringos y sus aliados, dando plazos de salidas abruptas del gobierno, y alimentando sus egos y sus bolsillos.

Actualmente vivimos las consecuencias de un desespero internacional, donde dos Imperios cual arrogantes conquistadores de la edad media, se unen en un objetivo común defenestrar un país, cuyo gobierno, a uno de ellos no le va con sus intereses hegemónicos y a otro, porque en plena campaña electoral está siendo tocado por las ideas revolucionarias de justicia e igualdad social del Gigante: Hugo Chávez, y temen que se les mueva el piso a favor de jóvenes tendencias que ganan espacio en el otrora Reino de Fernando VII. (Tienen que presentar una Venezuela en caos, que coincida con sus discursos montados) Por ello le halan las orejas a sus office boys y mandaderos y dan la orden de recrudecer la violencia, de fabricar "Caracazos", desesperados porque el pueblo en las colas no los ha producido. Mientras tanto "los dueños del mundo", considerando la fortaleza de la República Bolivariana de Venezuela, en la Organización de Naciones Unidas (ONU), (donde es electa Miembro principal del Consejo Económico y Social) y en la Organización de Estados Americanos (OEA), donde su Secretario General, no ha podido "hacer la tarea"; se convierten en ovejas, iniciando la posibilidad de tener un embajador en Caracas. No estamos en los tiempos de las espadas y las catapultas, se puede estar haciendo el trabajo diplomático que trata de distraer la atención, buscando la vulnerabilidad que permita asaltar con guarimbas paramilitarizadas, sectores del país, como si fuese el pueblo guiado por la falta de alimentos, esto último como fase final de uno de los elementos principales de su "golpe suave".



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