Paralamentario viola decencia pública

Ha sido notoria y pública la reciente intervención del Diputado Henry Ramos Allup, en un acto político organizado por la oposición venezolana, en el cual éste esgrimió una conducta a todas luces no cónsona con el debido comportamiento que debe asumir quien participe en un acto de masas o mitin, transmitido por diversos medios de comunicación social a nivel nacional e internacional. Además de las tantas groserías que profirió el señor Diputado, llegó al extremo que con señales gestuales y palabras se refirió a que poseía unos motores, dando la impresión que fuese el Robocot de la Película, que si tiene un motor manejado por computadora. Esta actitud desproporcionada y fuera de contexto que provenga de un loco de carretera que vaya pasando frente a una congregación política y de repente se encarame en la tarima y comience a proferir una retahíla de groserías y lenguaje gestual reñido con las buenas costumbres, quizá sería excusable con un razonamiento del beneficio de duda razonable, dada la condición de alguien que padezca crisis psicopática de carácter esquizofrénica, como diría el brillante camarada Dr. Jorge Rodríguez, Psiquiatra y mejor Alcalde de Caracas. Pero que dicha actitud, provenga de un avezado político como Ramos Allup, deja y da mucho que decir, por cuanto, en sus intervenciones hace gala de un lenguaje y gestos chicharacheros al mejor estilo betancuriano, que en cierto modo agrada a sus entrevistadores y seguidores políticos. Así, con esta gris participación pública con una conducta deslustrada y grosera, preñada de incultés e incivilismo y dada la majestad de ostentar la presidencia de uno de los cinco poderes constitucionales, como lo es el Poder Legislativo, no cabe un análisis tendente a establecer ponderación y equilibrio entre comportamiento y representación del ducho y curtido político. Ahora, “Como ustedes pueden ver”, ¿qué dirán los Roberto de su sempiterno invitado?

Dice un aforismo jurídico “A confesión de parte, relevo de pruebas”, y en el caso de marras, existen videos, fotos, audios y demás elementos que conforman hechos irrefutables, que no admiten prueba en contrario; es decir, son presunciones “iuris et de iuris”, que surten plena prueba, por cuanto se conoce el autor de la violación de la decencia pública; los dichos y gestos grabados llevan consigo la confesión, configurando el relevo de pruebas. No hay modo de probar lo contrario. Las pruebas evidencian el delito cometido, tienen un carácter “erga omnes”, como las sentencias definitivamente firmes, “valen frente a todos”. Cabe citar, que este tipo de delito no admite el gozo de una de las bondades del COPP; es decir, la admisión de los hechos, para una rebaja o disminución de la pena, por una situación evidente, que es conocerse el autor, por consiguiente, “se cumple la pena (un mes de arresto policial) o se cancelan de 10 a 300 unidades tributarias. Tal aclaración se hace, por si algún jurisconsulto de derecha, se le ocurre la genial idea de acudir a la ONU, OEA, a la NASA o al Pentágono a denunciar violación de los derechos humanos.

Ahora, desde el punto de vista jurídico, se debe subsumir la desaliñada conducta en la norma pre establecida, que justamente se adecua a la letra contenida en el Artículo 536 del Código Penal, cuando cita: ”Cualquiera que se haya presentado en público de un modo indecente o que con palabras, cantos, gestos, señas u otros actos impropios, ofenda la decencia pública, será penado con arresto hasta por un mes o multa de diez unidades tributarias (10 U.T.) a trescientas unidades tributarias (300 U.T.). Sin lugar a dudas, esta disposición encaja perfectamente en el comportamiento exhibido por el señor Diputado Henry Ramos Allup y constituye una flagrante violación de los actos contrarios a la decencia pública, y está por demás puntualizar que el organismo competente debe abocarse al conocimiento y consecución del trámite, grados e incidencias a que haya lugar del caso en comento. A menos que se trate de un delito protegido por la Ley de Anestesia Criminal (LACRI), cuando ésta entre en vigencia, aunque no se sabe cuándo será. ¡CON CHÁVEZ, DIOSDADO Y MADURO A LA OPOSICIÓN LE SEGUIMOS DANDO DURO! ¡LOS LÍDERES NUNCA MUEREN, CHÁVEZ VUELVE! Y hasta la próxima, si Dios quiere.



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