Los Papeles Sucios del Padre Palmar

Nada menos cierto que "a cada cochino le llega su domingo", aunque, para este no menos enlodado y putrefacto caso, nos convendría decir que a todo cochino corrupto le sale su papers panameño. Sabido es que todo el que pretende escupir para arriba, tarde o temprano, sea por castigo Divino o simplemente por la Ley de Newton, acaba con un escupitajo vergonzosamente pastoso en el ojo.

Durante milenios la iglesia católica ha comandando y enarbolando las banderas de la rectitud y la moralidad, aunque para desgracia de sus más devotos e incautos feligreses, muchos de sus altos, medios y bajos representantes, contraviniendo el ejemplo de ese Santo Hombre que murió en la cruz, han venido actuando no precisamente como dulces y graciosos querubines de nuestro Señor, cometiendo tal y cuán cantidad de desenfrenados y abobinables hechos que el propio Calígula, de haber sabido en lo que algunos de estos se convertirían, les hubiese extendido un mucho mejor trato.

Los ha habido, y los hay, tantos con tantas pecaminosas patologías, francamente demoníacas y parasitarias, que si por este escrito me propusiera contarlas, sobre todo las que han quedado vergonzosamente impunes, a razón de sus influencias políticas, buena parte de los sociópatas, pederastas y violadores que por ahí andan sueltos y escondiéndose, estuviesen seriamente pensando en abandonar su condición seglar.

Este padre Palmar ha sido ejemplo de conductas bochornósamente "excéntricas". Después de habernos acompañado, en el chavismo de manera igualmente rabiosa, un buen día decidió, a consecuencia de denunciar algunos hechos de corrupción, recoger sus sotanas e irse hacías la acera del "frente" a, supuestamente, el mismo ha cometerlos.

A este susodicho, últimamente, se le viene implicando, y no precisamente por el bando Chavista, sino por la propia Oposición (Rafael Poleo), de estar incurso en el caso de corrupción más espectacular y noticioso que se tenga memoria, y que salpica de manera inquisitiva a los "grandes liga" de todo el mundo.

Cómo puede ser que un simple y católico párroco de Sierra Maestra, enfurecido y encarnizado detractor del gobierno, enemigo sempiterno de la corrupción, puede tener en Panamá la litúrgica bicoca de 18 millones de dólares. Será que es normal que esta curia política de la iglesia católica goza de estos sueldos tan asombrosamente fabulosos, y por esta razón, hasta el momento, nuestro "santísimo" y correcto nuncio se haya hecho el "willy", e inhibido de expresar preocupación o sorpresa, y haber solicitado una investigación para salvaguardar la imagen y la reputación de "nuestra" y muy "querida" Iglesia Católica.

Si no es así, debe ser que este "ciervo" de Dios está bachaqueando para Colombia las hostias. Lo cierto es que este sujeto, y lo dicen sus propios congéneres, es aún más detestable que el propio Chacal de la Trompeta. Antes de la llegada de Chávez al poder, cuentan los que lo conocen, que por la conflictiva y particular manera cómo predica la doctrina de la paz y el amor, prácticamente lo desterraron como castigo, a los confines más alejados del territorio nacional.

Para algunos desinformados podrían parecer estas verdades demasiado encarnizadas contra un representante de Dios en la tierra, un breve recorrido por los twitt que suele enviar serviría para corroborar lo aquí expresado.

Después de todo fue uno de su propio bando quien "le echó la burra pal monte". Me imagino que por la arrechera tan descomunal y "taquicárdica" que cogería Rafael Poleo al no encontrar en los Papeles de Panamá a Diosdado ni Maduro.

 



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Waldo Munizaga


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