Colas que matan

La Marabunta que la derecha Venezolana concibió y puso en marcha con más fuerza que ante, tiene hoy sumido al país en un estado ciertamente crítico. Son tres largos años en que los sectores económicos que dominan la producción de bienes y servicios casi de manera monopólica, que nos han venido aplicando prácticamente una economía de guerra, y para ello, se han valido de múltiples medios como baja de la producción, acaparamiento, especulación y contrabando de extracción entre otros modus operandi como el ataque fraudulento a la divisa (léase Bs), que como diría el Quijote:-"vale menos de un cuarto de real de cobre"

Es así que al enterarse de la de la reincidencia de la lamentable enfermedad diagnosticada al primer mandatario de la República (Hugo Chávez Frías) vieron la oportunidad de arreciar lo que hasta entonces se calificaba como «Golpe suave». Y al margen que seguían percibiendo los manojos de dólares para importaciones convenidas, al mismo tiempo fueron disminuyendo su capacidad real de producción, lo que trajo como consecuencia escasez, acaparamiento y especulación de múltiples rubros tantos comestibles, como para la salud y mantenimiento de equipos y flotas del sector automotriz.

La enfermedad y posterior desaparición física del primer mandatario de la República, hizo que el alto gobierno desatendiera asuntos sensibles como el mantener la reserva de 3 o 6 meses de la cesta alimentaria. Es entonces cuando la Marabunta en la modalidad de las colas, que se dieron por llamar Bachaquerismo hizo su aparición, para hacer aún más crítica la situación, ya que en medio de los compradores habituales, igualmente hicieron presencia «agentes pagados» por la derecha que realiza compras todos los días a todas las horas, en todos los centros de ventas habidos y por haber.

Para ello, usaron y usan motorizados, amas de casa, madres elaboradoras que dejaron sus tareas de colaboradoras para irse hacer colas y comprar determinados productos que luego son acopiados por los acaparadores, especuladores y contrabandistas de extracción.

En esta actividad de calle, también muchos agentes uniformados son colaboradores conscientes o no, al ser en muchos de los casos simples espectadores o incluso compradores privilegiados que "entran y salen "como Juan por casa", valiéndose de su condición de autoridad, ya que no están allí para defender a la ciudadanía que tienen necesidad de adquirí determinados productos, sino por el contrario para defender en muchos de los casos al comerciante especulador y/o al bachaquer@ que los compra por 30 monedas.

Pero eso no se queda ahí, como complemento en esa bomba de tiempo social, apareció el foquismo urbano de La Marabunta, haciendo actos terroristas y que se dieron por llamar Guarimbas, especie de mezcla de combustible inflamable, como dosis psicológica de consignas llenas de odio, miedo y terror, donde la radio bemba del adversario hace su trabajo de crear zozobra y malestar, ya que llegan al extremo de agredir e insultar a quien tenga la conciencia u osadía de diverge de esas versiones prefiguradas por la derecha como verdad absoluta.

Ahí está el meollo del asunto, mientras no se diseñe un plan capaz de desmontar o desmantelar el fenómeno del bachaquerismo de las colas, no habrá manera de contrarrestar el juego sucio que por ahora nos ha estado ganando la derecha. Para éllo, debe haber mucha inteligencia, que permita detectar en cada estado, municipio y parroquia quienes están detrás del bachaquerismo, para ponerles los ganchos, al tiempo que se debe exigir (o mejor ordenar) a los dueños de establecimientos comerciales la obligación que tienen de colocar en los andenes los productos que se expenden en cada uno de éllos, para que el comprador tome y pague lo que realmente necesita.

Igualmente considero que la autoridad competente tiene que tomar bajo su propio control, la distribución de todos los productos regulados, única manera que lleguen a los sectores sociales para quienes están concebidos, de lo contrario es tanto como:-"seguir poniendo vampiros a cuidar banco de sangre", ya que quienes encarecen y violan las normas de Precios, son las empresas distribuidoras, quienes despachan a los pequeños comerciantes productos sobre facturados, ejemplo un kilo de azúcar regulado en Bs 25,oo, la distribuidora les factura a ese precio, pero el bodeguero y/o pequeño mercader debe cancelarle el kilo de azúcar en Bs 600,oo lo que hace que esos expendedores de los pueblos o aldeas tengan que vender por encima de lo que pagaron a la compañía Distribuidora.(En estos casos tiene mucho que ver también el Seniat, ya que esa legitimación de capital que perciben del sobre precio, no lo registran ni pagan el IVA, y menos aún lo van a declaran al fisco). La Pregunta sin respuesta:-¿Quién le va colocar el Cascabel a tanto ladrón que está robando al Pueblo?



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Macario Sandoval

Equipo PSUV-Táchira.

 macariosandoval@hotmail.com

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