Grano de Mostaza

Lorenzo Mendoza un godo  en el siglo XXI

Lorenzo Mendoza es la expresión más rancia de la vieja godarria y oligarquía que aún persiste del  otrora decadente  mantuanaje colonial. En los últimos años ha chupado del Estado acrecencias de 4500 millones de dólares que en forma directa se le ha proporcionado para sus empresas. En este momento de manera irresponsable y criminal conspira contra la paz de la república ante organismos internacionales. Esta tipología social imitada por algunos resabiados  defiende sus valores de clase, veneran al capital y las riquezas materiales  proclamando el lucro como filosofía de vida.

Este godo del siglo XXI con sus actitudes nos evidencia su desprecio e intolerancia por el significado profundo de la república y la soberanía del pueblo venezolano. Ellos no se sienten pueblo, ni hijos de la panadera en su esencia liberadora. No han aceptado la majestad emancipadora y libertaria de la Caracas de 1811 con sus miles de patriotas ilustres y valientes, ni recuerdan el destino bravío de las llanuras de Santa Inés de 1859  “Horror a la oligarquía”. Ignoran la proclama  antiimperialista durante el bloqueo obsceno de 1903, Ni leyeron los poemas de Pio Tamayo y  Andrés Eloy Blanco contra la discriminación y la dominación.

Pareciera que no escucharon los justos retumbes contra el neoliberalismo del Caracazo de 1989, que siguen reclamando probidad; ni tampoco sintieron las frescas  venturas primigenias y originarias del huracán bolivariano de 1992 y su invencible héroe del 4 de febrero.  Los vestigios de esta clase social son intolerantes en virtud que  siguen viéndonos como orilleros y chusmas que confrontan su ignominioso poder económico y no dudan en ceder la soberanía popular ante  sus afanes de riquezas y control crematístico del mercado. Por eso estos personajes de la gran burguesía venezolana conversan impúdicos para amarrar escabrosamente el futuro de la patria de Bolívar a  los dictámenes del FMI y sus pléyades de multilaterales.

Es expresión que la lucha de clase no es una quimera, ni ha estado equivocado el materialismo histórico en su eterna controversia para entender los complejos procesos societales. Han pasado más de 167 años del legado Zamorano de “Tierras y hombres libres” y su inmaculada visión de pueblo soberano; durante todo este período se ha propagado en la conciencia popular el sentimiento de igualdad y justicia social. Es lamentables que estos  malhechores no entiendan  en gran parte los rasgos espirituales de nuestro pueblo: rebelde, igualitario, democrático a pesar de la explotación de todos estos siglos.

No han entendido que en el glorioso pueblo venezolano están ausentes las manifestaciones conscientes o subconscientes de la inferioridad social que se puede notar en otros pueblos, o en ciertas capas populares de otras naciones. Somos hijos de gigantes de la libertad, la igualdad y la justicia social; no desmayaremos en preservar el don más grande que hemos adquirido de cruentas batallas y sinsabores: La grandeza e independencia del heroico pueblo venezolano. Venceremos.



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William Fariñas

Diputado a la Asamblea Nacional


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