Cerrar la frontera para defender a Venezuela

El cierre parcial de la frontera occidental de Venezuela ha constituido la decisión más importante de Maduro, para defender la integridad del territorio, no sólo contra la violencia paramilitar o contrabando de extracción, sino para enfrentar todo un conjunto de acciones del imperio, complicidad del uribismo y la ultraderecha local, para descuartizar el occidente venezolano y crear la distracción, que facilite el derrocamiento del Gobierno Revolucionario y el apoderamiento de la Faja Petrolífera del Orinoco.

A pesar de la gravedad de la amenaza, el Presidente venezolano ha enmarcado su decisión en el respeto a los derechos humanos de ciudadanos establecidos ilegalmente en segmentos de la franja fronteriza, donde se desarrollaba la mayor proporción del tráfico de extracción de bienes que el venezolano necesita, de gasolina, de diesel, de efectivo en billetes venezolanos; por allí cruza, desde Colombia hacia Venezuela, la violencia asesina y despiadada del paramilitarismo y de la droga. Frente a esta guerra contra Venezuela, el respeto a los derechos humanos es una decisión que merece el reconocimiento de quienes están conscientes del propósito de las acciones del imperio contra nuestra patria, del intento, desde Colombia de seguir introduciendo en Venezuela un ejército de mercenarios, para cubrir a Venezuela de violencia, muerte, destruir sus instituciones y finalmente descuartizarla.

Esta afirmación no debería causar extrañeza; lo que está sucediendo en Venezuela es repetición de lo que sucedió en los Balcanes, en Libia y sucede ahora en Siria; en estas dos últimas naciones el objetivo ha sido el control del petróleo del norte de Africa y del Medio Oriente, igual pretende el imperio en Venezuela, apoderarse de su petróleo. Ante esos antecedentes, resulta difícil aceptar que alguno de nosotros pueda estar engañado, acerca de que el imperialismo es el autor y sufraga los gastos de la violencia paramilitar, la guarimba, la guerra económica y el desabastecimiento en Venezuela.

Uribe sirve al propósito imperial abiertamente y sin escrúpulo, dirigiendo el desplazamiento paramilitar hacia Venezuela, la guerra en la frontera contra nuestra economía y el contrabando de extracción. Santos sirve al mismo amo, pero no en sintonía con Uribe; su gobierno favorece legal e indolentemente la guerra contra la economía venezolana, permite la violencia paramilitar y la penetración que dirige Uribe, de paramilitares al territorio venezolano; la desmoralización de su población, fundamentalmente en los estados fronterizos, hubiese favorecido aún más la invasión de fuerzas colombianas, por mandato de Santos, cuando así lo ordene el imperialismo. Al cerrar la frontera y disponer el incremento de la presencia en ella de nuestra Fuerza Armada Bolivariana, Maduro golpeó la gestión de Uribe, pero también la de Santos, quien ha reaccionado airado y amenazador, no por los efectos económicos sobre la población que habita en la frontera, sino y fundamentalmente, porque las decisiones de Maduro obstaculizarán el cumplimiento de su compromiso, para la intervención armada contra Venezuela, cuando el imperialismo lo requiera.

La decisión de Maduro es, además de valiente, acertada y oportuna; mantiene con firmeza y con grandeza el propósito bolivariano de la unión y la hermandad en nuestro pueblo colombo venezolano que es uno, a pesar de la histórica traición de las oligarquías. Ninguna otra decisión de Maduro fortaleció tanto la defensa de la nación venezolana, frente a la amenaza del imperio y la complicidad de Santos y de Uribe. La magnitud de los efectos de esa decisión puede medirse en la reacción de ambos y despejó la duda acerca de la inclinación de Santos, quien mostró su decisión de obedecer al imperialismo y agredir a Venezuela. El Presidente Obrero advirtió que tomará otras decisiones y, en efecto, es necesario neutralizar a grupos de paramilitares dormidos en poblaciones intermedias, entre la frontera y el centro del país, listos para favorecer el objetivo oriental y fundamental para el imperio, que, para apoderarse de la Faja Petrolífera, deberá aplastar al gobierno de Maduro. Depositemos ahora nuestra confianza en otros obstáculos que Dios Todopoderoso opondrá en el occidente a taimados propósitos de Santos y la despiadada determinación de Uribe para causarnos el mayor daño y rendirnos a su amo.

*capitán de altura y productor agrícola



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Rafael Flores

Capitán de altura y productor agrícola

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