Epojé

Nunca he tratado de convencer a nadie de nada, no soy de las personas que se jactan de tener la razón, es más, ni teniendo la razón tampoco soluciono nada, creo que el juicio justo de la crítica debe ser además para buscar soluciones o alternativas, una critica constructiva o no, no tendría razón de ser si a su vez no va acompañada de una alternativa de solución, criticar por criticar solo deja un amargo sabor de boca a quien critica y al criticado, sin conseguir por lo menos un bienestar aparente.

Porque Epojé, he podido ver y leer por estos medios y por las famosas llamadas redes sociales, un número considerable de venezolanos y venezolanas, que de manera muy deportiva hacen críticas en cuanto a este o aquel tema y de igual forma van de un extremo al otro, (en Venezuela estamos rodeados por expertos en todos los ámbitos de la vida nacional), el ejemplo más claro es el de la inseguridad, algo de lo que no escapa ningún país del mundo, en mayor o menor grado, pero esa no es excusa para quedarse cruzado de brazos. A este gobierno y al anterior se le ha criticado severamente por su ineptitud ante este fenómeno muy cierto por demás. La inseguridad ha tomado ribetes cada vez más insólitos e inesperados, el cobro de vacuna, secuestro exprés, rescates, etc. En este sentido estoy de acuerdo y comparto el punto de vista de muchos, pero es aquí donde comienza la “suspensión del juicio” según Edmundo Husserl, este gobierno que es de todos los venezolanos y venezolanas, gústele o no les guste, ha tomado decisiones también muy acertadas de acuerdo al grado de complejidad que el problema delincuencial ha generado, la Operación Liberación del Pueblo, mejor conocida como OLP por ejemplo.

Esta OLP de acuerdo con muchos compatriotas afectados, ha sido una alternativa que ha logrado de alguna manera “disminuir” los niveles delictivos en los lugares del país donde se ha puesto en práctica (no erradicado), además de estos se han detectado o descubierto, no solo vinculaciones con el crimen organizado sino también nexos con el narcotráfico y el paramilitarismo colombiano, algo que no debería extrañarnos, porque ya en nuestro país viven y conviven con nosotros un número mayor de 5 millones de colombianos desplazados por distinta razones a lo largo de 60 años, por tanto no podemos dudar que en este grupo humano existan paracos o exguerrilleros desmovilizados, quienes ven en nuestro país un fácil escenario para tomar o retomar sus prácticas delictivas y delincuenciales.

También debemos recordar lo sucedido en Mayo de 2004 en la famosa Finca Daktari propiedad de Robert Alonso hermano de la tristemente célebre María Conchita Alonso, donde fueron detenidos 200 hombres de nacionalidad colombiana muchos con su identificación como reservistas del ejército colombiano y otros con comprobada vinculación con las autodefensas colombinas, algo que fue desestimado por los medios de información privados, la verdad fue que así como no se incautaron armas tampoco se encontraron biblias, ni venían a salvar almas en desgracia en nuestra país. La ingenuidad de muchos también compite con su estupidez.

Con este panorama nada nuevo en nuestro país, venezolanos y venezolanas muchos de ellos profesionales, cegados por su falta de juico y agrego falta de sentido común, aseveran algunas situaciones o niegan por otro lado realidades delictivas que por sí sola son manifestaciones de la delincuencia paramilitar exportada de la hermana republica de Colombia, esto que ahora es para muchos un montaje del gobierno u otro pote de humo, algo que no nos debería tomar ni dentro y ni fuera del gobierno por sorpresa, el fenómeno paramilitar o colombianización de la delincuencia en nuestro país es una realidad, y en consecuencia debe ser tratado con la misma dureza que este fenómeno amerita.

Sin embargo y a pesar de la llamada OLP, con la cual se ha dado de baja una cantidad considerable de antisociales y detenido a otro número de igual consideración, salen al ruedo personas a defender los DDHH de estas personas y acusan al gobierno de realizar y promover “masacres,” lamentablemente para nadie es agradable hablar o considerar la muerte de un semejante, pero en virtud de la gravedad de esta situación creo a motu proprio que otra no podría ser la salida. Dicen el gobierno es inepto por no hacer nada contra la inseguridad y luego es criminal por “masacrar” a delincuentes y paramilitares infiltrados en nuestro país para causar zozobra, más de la que ya se tiene como consecuencia de la andanada mediática de los medios informativos privados cada vez mas ponzoñosos. Bueno ya no se sabe ni que hacer para satisfacer a esta gente.

Por eso son un Epojé “NI SI, NI NO, SINO TODO LO CONTRARIO” solo me queda aconsejar a mis compañeros, camaradas y compatriotas a que usen mas su sentido común y de ser posible no solo a hacer solo criticas, también sería bueno y hasta oportuno brindar soluciones alternativas a los problemas que hoy estamos atravesando, las cuales se pueden publicar por las redes u otros medios. Otro ejemplo para mostrar ese necia actitud del epojé; anteriormente muchos pedían un perro caliente y decían “no le pongas mostaza” hoy que es escasa todos quieren mostaza. Critican al gobierno por que da viviendas a connacionales y ahora lo critica porque se las quita a indocumentados, ¿entonces? Hasta los señores curas hablan del trato inhumano que se les está dando a los deportados, recuerdo una frase muy usada por una mis tías y mi madre también “Estamos en tiempo que el mono no carga a su hijo, si lo carga lo carga por un ratico” pero de pana y en criollito ya me tienen como la Gallina, ¿Cómo? “O me achican el huevo, o me agrandan el culo” ya es patológicamente insoportable esta postura que algunos adoptan, ya esto dejó de ser una actitud simplemente opositora, sino más bien, una ruptura de la estupidez estructural de algunos venezolanos que nos consideran a todos tan idiotas como ellos.



“Debemos corregir muchos errores para poder llegar a la verdad”

Simón Rodríguez.



Profesor

mcpacheec@gmail.com


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