Demasiadas provocaciones

Ya los provocadores no ocultan su desfachatez para desestabilizar y producirle daño al país. Desde hace buen rato tomaron la decisión de desconocer de manera abierta, alevosa y descarada el carril institucional. La Constitución y demás leyes, cuando les conviene. El CNE, por ejemplo, sirve en los estados y municipios en donde ganan. En todas las presidenciales han cantado fraude cuando apenas cierran las urnas. Todo esto ha ocurrido del 98 en adelante.

Cada vez que arman sus berrinches les da por eliminar al CNE, el TSJ, la Defensoría, la Fiscalía, la Asamblea Nacional, el alto Mando Militar y cuanta institución exista. Más que manía, es una conducta, una fijación, una frustración que los desequilibra y arremeten con una verborrea irresponsable y desquiciada. Mejor dicho, les entra la loquera.

Agredieron a Chávez hasta más no poder. Descalificaron su origen humilde y militar. Lo calificaron de loco y hasta se atrevieron a incentivar dictámenes para declararlo no apto para gobernar. Hasta su lunar mortificó y trasnochó a los escuálidos.

Con el Presidente Nicolás Maduro no ha sido diferente. Mientras más han pretendido endilgarle su condición de chofer, éste más se aferra al volante de un autobús o un camión, y manifiesta con orgullo su procedencia humilde y muchacho de barrio.

De manera que así se portan. Parten de la premisa de descalificar que algo queda. ¿Qué no han dicho de Diosdado? Lo que si debemos tener claro es que haga lo que haga la Revolución, ellos lo negarán. Todo les hiede.

Pero como se trata de provocaciones contra la Revolución Bolivariana, los flechazos vienen de todas partes y de todos lados. Ya hace algunos meses el propio Presidente Obama nos lanzó aquel decreto, infelizmente convertido en constante (¿y eterna?) amenaza.

El Presi de la hermana república no se distancia mucho del cuestionado Uribe y nunca pierde oportunidad para lanzarnos sus dardos. Pareciera que las siete (7) bases militares clavadas en su territorio no son suficientes para condenar la dignidad de su pueblo y amenazar a los vecinos. Del gobierno español, en pico de zamuro, ni hablar. Igual pensamos del entreguismo del gobierno guyanés a las trasnacionales del petróleo y el discurso de guapo y apoyado. ¿Qué decir del Caribe, con las flotas yanquis en consuetudinario y desafiante "paseo"?

Como ven, todo un dibujito medio espeluznante que se completa con unos compañeritos del patio que parecieran tener un eterno e incurable mal de rabia. Que también se sienten guapos y apoyados cuando desafían y burlan leyes. Que son abiertamente financiados y tienen "connotados" y, mejor sea dicho, fracasados visitantes que vienen a apoyarlos y cuidar de sus "derechos humanos". ¿Qué tal? ¿No serán muchas las provocaciones contra nuestro país y la Revolución Bolivariana?


 



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Juan Azócar


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