A falta de puebas la oposición acusa al gobierno de sus propios pecados

Sin pretender afirmar que no existan hechos de corrupción en el gobierno, si podría garantizar que los casos más emblemáticos de cuantos sobre tan nefasta práctica, la oposición venezolana le indilga a nuestras instituciones y a sus más altos funcionarios, no son otra cosa que, acusaciones sin fundamento en su creencia de que es imposible no sucumbir a la tentación del enriquecimiento ilícito, propio del sistema capitalista en la que creció.

Es así como las supuestas trampas de las que algunos de sus voceros atribuyen al Poder Electoral, no pasan de ser bravuconadas en las que, a raíz de cada derrota sufrida, anuncian tener pruebas que nunca se materializan pero, paradójica-mente, ejercen su derecho al voto en cada proceso electoral y al ser nuevamente derrotados solo saben cantar fraude.

Es lógico que quienes durante cuarenta años se turnaron en el poder apelando al expediente de la corrupción y la trampa electorera en la que hasta los muertos votaban, les sea imposible aceptar que no se pueda sucumbir a la tentación de conservar privilegios y toda esa riqueza fácil propias del sistema capitalista, gracias a la inversión de valores característicos de ese modelo.

EL CARTEL DE LOS SOLES

Entre otras de las más infames acusaciones que la ultra derecha oposicionista ha hecho a altos funcionarios de nuestro gobierno, está la aparente existencia de un cartel narcotraficante integrado por altos oficiales de la Fuerza Armada Bolivariana con el supuesto aval de altos dirigentes políticos presuntamente encabezados por el propio presidente de la Asamblea Nacional Diosdado Cabello, quien ha procedido a demandarlos penalmente por cuanto la impunidad no puede seguir siendo la carta de los corruptos.

Tales acusaciones responden a delaciones de ex militares venezolanos que saltaron la talanquera y quienes, a cambio de un botín de dólares, se prestan para enlodar, incluso a ex colegas, lo cual se ha traducido en esa triangulación mediática en la que periódicos como el Newyork Times de USA, el ABC de España y El Tiempo de Colombia, convalidan la guerra económica destinada a desestabilizar la democracia venezolana.

Se trata de una estrategia del imperio para sacarse esa piedra en el zapato que les ocasiona el chavismo bolivariano.

No obstante, pese a no haber pruebas que sustenten su no menos inquisitoria campaña psicológica al respecto con la venia de la jerarquía eclesiástica, es de destacar que ni el propio gobierno estadounidense, ni sus instancias judiciales se han atrevido a corroborar oficialmente que exista tan nefasto cartel. Sin embargo, las tendenciosas envestidas no cesan.

Los medios de comunicación privados internacionales como El Mercurio de Chile y nacionales, empezando por El Nacional de Caracas, se han hecho eco sobre tales infamias hasta el punto que, el propietario de este último, no solamente ha editorializado sobre el cacareado cartel de soles, sino que ha osado sostener que solo con trampa ganaría el gobierno las elecciones parlamentarias del próximo seis de diciembre.

Por otra parte la demostración más elocuente de que ni el mismo gobierno chavista ha escapado al fantasma de la corrupción, la constituye el hecho de que entre quienes lo acusan de corrupto, figuran desde un minúsculo numero de militares de rangos superiores y funcionarios que se desempeñaron, incluso, como jefes de escoltas de líderes revolucionarios, (caso Robert Serra) pasando por ex embajadores designados en su tiempo por el propio Chávez, hasta políticos de menos cuantía que no resistieron la tentación de vender su alma al diablo con tal de ver engordar sus avarientos bolsillos.

En otras palabras, se trata de esos saltadores de talanquera que emulan al que por un puñado de míseras monedas vendió al que se sacrificó por redimirlos pero que no tienen remedio.

UNA NUEVA LECCIÓN DEL PUEBLO.

Lo más interesante de las arremetidas de la ultra derecha fascista que se impone en la oposición venezolana, es que ese mismo pueblo que durante el gobierno de Chávez fue sometido a una huelga petrolera que lo obligo a hacer largas colas para obtener un litro del esencial combustible impidiéndole movilizarse, hasta resistir el secuestro de su líder fundamental, (para no entrar en detalle de las otras maniobras del imperio a la que se sumaron sus lacayos en la patria de Bolívar, sin ningún éxito) es el mismo que ahora les ha dado una nueva lección al batir un récord en la elección primaria de sus candidatos a la Asamblea Legislativa que el próximo seis de diciembre, a juzgar por los acontecimientos en curso, no será menos rojita.

(Periodista jubilado)



Esta nota ha sido leída aproximadamente 1150 veces.



Mauro Briceño Prato


Visite el perfil de Mauro Briceño Prato para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes: