María Laloka no está bien de la cabeza, le patina el koko

A La señorita Mariala le hace falta un paseo en barco a la tardecita y para que vea la mar serena y después las estrellitas del cielo porque ella no está bien de la cabeza, tal vez sea cuestión del paso de luna lo que la alborota pero aunque ella tenga curas no tiene otra curación, que no es lo mismo ni se escribe igual.

Qué si tiene curas claro que sí, ella tiene a sus pies al séquito celestial, nada más y nada menos que a los Monseñores Urosa Savino y Diego Padrón, jefe y lugarteniente de la Conferencia Episcopal, y por supuesto, al resto de esa santísima congregación, pero eso al parecer ni fu ni fa, a ras del piso es para pisotear, la cosa está más arriba y ahí es donde hay que procurar para curar a la atarantada Mariala.

Para tal mujer, ejemplo de democracia fue la dictadura Carmona; mientras que la democracia de Maduro es dictadura para ella.

¡San Pío Quinto, sálvala si puedes ya que a esa muchacha le patina el koko!

Estimar la voluntad del pueblo, que de manera soberana y legítima designó al compañero Nicolás Maduro como Presidente de la República no figura en los planes de la violenta mujer que, prepotente, por ser peona del imperio, desafía la voluntad de los venezolanos.

Fuera de su contexto las cosas pierden la esencia de lo que son, así que hay que colocar en su sitio cada cosa, la guerra no es contra Maduro, es contra el pueblo venezolano; que manipulen la realidad para desviar el interés del pueblo es el quid de la cuestión y están meando fuera del tiesto quienes así pretendan meterle gato por liebre a nuestro esforzado pueblo trabajador.

Sepa de una vez y para siempre esa oligarquía chupasangre que ella puede traer a la más conspicua representación del ultra fascismo internacional a Venezuela para que trate de echarles una mano -Vargas Llosa, Uribe Vélez, Vicente Fox, Calderón, Piñera, Pastrana y etcétera-, está bien, que traigan un camión de mierda para ellos chapotear, ya que no jugaron chapita que jueguen cachapa, y hasta el palo encebao o acaso el palito mantequillero o el guevo en la cuchara (la h es muda), quien quita que ocurra un milagro, se han visto cosas.

Allá ellos.

¡Pero, Venezuela se respeta!



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Guillermo Guzmán


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