En el chiquero de la MUD no hay charco para la Mari

Dicho y de hecho visible y muy comprobable ante todos, la MUD es de un machismo dictatorial; no se concibe ni un milímetro de espacio político a la figura de la mujer en su Ku Klux Klan y hasta en su más bien enclaustrada sociedad de varones pelucones; se diría: no se admite competencia alguna al logro del seductor amor que arroja escaso inventario varonil en su almacén político; y como hay bachaqueo, acaparamiento, usurpamiento, usura y un descarado contrabando, toman sumo cuidado de que no se fuguen los pocos pertrechos existentes.

La rebelión de puercos toma charqueros rumbos distintos a la originalidad de sus propósitos y da órdenes expresas de no ver a una mujer en sus predios ni que esté a no menos de 500 leguas; consigna sus charcos de exclusiva a la hedionda caca donde sólo se podrán revolcar cerdos de pura casta amarilla, de nobles descendencias y con muchísimos $$$$$ bien habidos o sí bien mal habidos de origen estadounidense preferiblemente. Y Mari C. no va pal baile aunque cumple y tiene todos los méritos de exigencias para calificar como la número uno al ingreso honorífico charcal. Pero LA Mari no es comida de viernes ni de ningún otro día; dicen por ahí, que inventó el 8vo día para contra restar la 8va estrella que le abomina la existencia.

Y como buena pelucona que es, alardea de ser de mucho rancio abolengo colonial para estarse midiendo con la plebe de esos partidillos de pa cotilla opositora, que deben rendirse ante ella y a sus flacuchentos pies como fieles súbditos al reconocimiento de la especial e inalcanzable altura de su purísima descendiente posición monárquica, pos oligárquica y burguesa de arraigos familiares del tío que especula, pero da empleo; eso no es poca cosa ni se compra en el balurdo mercado del Cementerio a precio de gallina flaca y desplumada, eso, es categoría que tampoco se consigue por cuatro reales en Quinta Crespo; ni eso es poco objeto ni se compra en cualquier mercado del vulgo a precio de bagatelas, eso, es calidad que jamás se consigue por cuatro reales en los buhoneros ni da para comprar una cochina gorda y preñada y llevarle al Chiquero MUD, ¡no que va!

Hay que tener mucha clase y gallardía española y olé; y para obtener ese privilegio no se juega a lotería ni se gana en un quintico premiado, hay que bien venir de esa muy casta y linaje prosopopéyica. ¡Que se creen pues! Hay mucha clase para la inédita burguesía y no hay espacios posibles que no sean de servidumbre para más nadie. Ha hablado la reina de la cruces del Este de Caracas, cúmplase y publíquese mi Orden Real, Mari Cori Machado Zuloaga. POSDATA: Seré irreductible con mi corana ante el mediocre vulgo.



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