Verdugos de "El Caracazo", asesinos golpistas de hoy

Lo que se conoce como "El Caracazo", por ser la región capital la más difundida mediáticamente y la más emblemática, de los sucesos violentos del 27, 28 y 29 de febrero del año 1989, arrancó con la protesta del Pueblo emancipado de Guarenas, sucedidos de un conjunto de muertos por la represión del gobierno de Carlos Andrés Pérez (CAP), extendiéndose por todo el país, tanto los alzamientos desarmados y saqueos, como la brutal y criminal represión con las antiguas Fuerzas Armadas Nacionales (FAN), cuyos componentes, estaban al servicio lacayo de la burguesía criolla y de los intereses de EEUU en Venezuela.

Este hecho fue la respuesta o detonante de un conjunto de eventos que le antecedieron y que, a pesar de esta rebelión de masas aludida y las fallidas insurrecciones cívico-militares del 4 de febrero y del 27 de noviembre de 1992, más otras escaramuzas que se sucedieron hasta la llegada del Pueblo al poder, con el Comandante Hugo Chávez, en el año 1999.

El Caracazo, como hito histórico de una rebelión popular, tiene como antecedente el hecho de la decadencia e implosión del sistema de gobierno corrupto, bipartidista, de Acción Democrática y COPEI, la decisión de la burguesía de desplazarlos, sustituyéndolos por sus alfiles, formados bajo el amparo de la logia mafiosa de la iglesia católica, conocida como el Opus Dei, sus jóvenes adoctrinados en la Secta fascista "Tradición, Familia, Propiedad", formados bajo la más férrea doctrina neoliberal aprendida del Chile pinochetista, aprendida en el IESA y extendida a universidades emblemáticas, bajo este signo, de un cambio gatopardiano, de la política de la antipolítica, que permitiera el reacomodo de esa clase plutocrática gobernante.

Pero, la determinación fundamental que ahogaba a la clase trabajadora y las familias empobrecidas hasta niveles de ruindad y miseria, fue la política económica emprendida por CAP, maquillada en "El Gran viraje", quien previendo el reacomodo de la plutocracia y encontrando las arcas del Estado vacías, optó por entregarse, aún más, a los dictámenes del Fondo Monetario Internacional (FMI), aumentando la deuda externa con este organismo y el Banco Mundial (BM), para garantizar el lucro y beneficios en su gestión, sin enfrentar la deuda que el gobierno de EEUU tenía para ese momento con Venezuela, por los créditos especiales y morosos del suministro del petróleo, más los precios del crudo, impuestos por las transnacionales petroleras y las concesiones que hasta ese momento se les concedieron con una regalía ridícula anual, del uno por ciento, por la explotación de nuestro petróleo, en suelo venezolano, con una bastarda complicidad de pseudoacadémicos de las emblemáticas universidades, quienes con pose cientificista engañaron al país con aquello de "Bitúmenes del Orinoco" que luego, el Comandante Chávez demostró que era la "Faja Petrolífera y gasífera del Orinoco, la más grande del país y una de las mayores reservas mundiales.

A esta política económica suicida, se sumaba la devaluación de la moneda, desde Luis Herrera, pasando por Jaime Lusinchi hasta llegar al segundo gobierno de CAP, en la que al sumar una hiperinflación, que en un solo año, 1983, alcanzó el 350 por ciento, con una de las devaluaciones más profundas, mantuvo esa tendencia hiperinflacionaria con fuga de divisas y capitales golondrina del sector financiero, al punto de que los billetes conocidos como los tinoquillos (por la genialidad de masas de dinero inorgánico, loca y ridícula de Pedro Tinoco), eran quemados y lanzados a la calle, lo que derivó en otra locura, como fue recoger esa masa de billete y escasearlo, retrotrayendo al país a una especie de economía primitiva, de cuentas mentales y abstractas, que se expresaron, por ejemplo, en los autobuses, en los que los choferes entregaban tickets con animalitos marcados, como forma de cambio de las monedas.

A estas locas políticas de los bufones políticos de la IV, conocidos como la guanábana, más la profundización del gobierno plutocrático decidido por la burguesía y la hambruna, la escasez, el acaparamiento (Desabastecimiento programado), la razzia represiva se hizo más aguda, lo que dejó miles de muertos, que oficialmente, los gobiernos, del momento y los sucesivos, jamás reconocieron.

Hoy, en la Venezuela actual, quienes quebraron al país y le habían entregado el petróleo a EEUU y sus transnacionales, son, ahora, esa clase dirigente del oposicionismo, que fuerza por la restauración de la IV República, en igual contradicción interna, con sus sectores más serviles, como esa clase política parasitaria que se presenta como alternativa para "La Salida" y el "Acuerdo para la Transición", que, respectívamente, consisten en el derrocamiento cruento del Presidente Nicolás Maduro y el Reparto de botín,entre la plutocracia criolla y sus bufones herederos de la IV República.
 



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Luis Alexander Pino Araque


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