El descaro y el cinismo no tienen límites, por eso, me declaro en juerga de hambre

De esta madera está tallado Ledezma, quien por muchos años fue el delfín de Carlos Andrés Pérez, que lo nombró a dedo diputado de la Asamblea Legislativa de Guárico en su primer Gobierno y en 1992 lo puso como Gobernador de Caracas, posición desde la que se dedicó a combatir a todos los movimientos sociales con la Policía Metropolitana, continuando así la obra represiva de su antecesor Virgilio Ávila Vivas. De esa época le viene el alias de "El distinguido Ledezma". Entre las obras de gobierno más emblemáticas del Distinguido está la demolición del mercado La Hoyada, la cual ejecutó sin brindarle alternativas a los vendedores informales, a quienes hizo perseguir y hostigar todos los días. A Ledezma tampoco le tembló el pulso para repatriar a miles de ciudadanos que llegaban a Venezuela acosados por las miserias de sus países. Varias acusaciones por corrupción realizaron en su contra y estuvo inhabilitado por la Contraloría General de la Nación.

En 1998, Antonio Ledezma era el jefe de campaña de Luis Alfaro Ucero, el candidato que la cúpula adeca había seleccionado a dedo para enfrentarse al Comandante Hugo Chávez. Como Judas, el propio Ledezma se encargó de decir públicamente que los adecos le retiraban el apoyo a Alfaro cuando se convencieron de que nunca se levantaría del piso en las encuestas. Al final, el siniestro caudillo monaguense terminó con menos del 1% de los votos escrutados. El año 2000, cuando perdió frente al camarada Freddy Bernal, se negó a reconocer los resultados. Posteriormente, otra vez consciente de que no levantaría vuelo, enredó a los opositores en la propuesta abstencionista que muchas y muchos se tuvieron que tragar, especialmente los policías presos Simonovis y Forero, que contaban con esos votos para salvarse del juicio antes de que los sentenciaran. Los opositores y las opositoras saben todo eso y mucho más, saben qué esperar del Distinguido Ledezma.

Esto ya es del dominio público pero hay que repetirlo cada vez como si fuera una primicia mundial: cuando Antonio Ledezma era gobernador de Caracas fueron asesinadas docenas de estudiantes de liceos y universidades de Caracas. Esto ocurrió por sus órdenes directas "Disparen y averigüen después" frase esta echa famosa por su padre político Rómulo Betancourt. A cargo del Distinguido Ledezma, vergüenza de la política venezolana, estaba el cuerpo criminal más macabro de la historia institucional de Venezuela, ese engendro fascista denominado Policía Metropolitana. Antonio Ledezma y su partido usaron ese instrumento a discreción, con pleno conocimiento de las sicopatías de sus miembros. Yulimar Reyes, Carlos Yépez, Gonzalo Jaurena, Belinda Álvarez, fueron algunos de los jóvenes asesinados por esta política de exterminio, encabezada y ejecutada por Antonio Ledezma.

Como el descaro y el cinismo no tienen límites y en una democracia como la venezolana cualquier persona puede decir lo que le venga en gana, sin que pase lo más mínimo, ya que no genera responsabilidades ni consecuencias lamentables, Ledezma está intentando ahora asumir la posición de victima; a sabiendas que es de dominio público, las intervenciones de Ledezma en reuniones privadas para derrocar primero, a Hugo Chávez, y ahora a Nicolás Maduro, en estas reuniones se plantean planes macabros, como el asesinato del presidente Nicolás Maduro, asesinar a sus mismos compañeros de la oposición, para que parezca que fue el gobierno, como: Omar Fernández, Jasón Valero y, Héctor Rojas. A Ledezma le queda como anillo al dedo esta frase: "El que no convence con la razón arrebata con la violencia" ese siempre ha sido el actuar del Asesino Antonio Ledezma.

No podríamos olvidar, simplemente porque si olvidamos podríamos repetir la historia. De Ledezma cabe recordar también que durante el gobierno de su partido el servicio militar era obligatorio y los estudiantes eran secuestrados en las calles y llevados a un cuartel militar a padecer humillaciones de los esbirros de Antonio Ledezma, enfermos mentales que hacían de la tortura y la vejación un método para callar a estudiantes.

Solo el pueblo salva al pueblo.

Patria Socialista o Muerte… VENCEREMOS.

"JUSTICIA, JUSTICIA, JUSTICIA, JUSTICIA"



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José Antonio Velásquez


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