Una vez más la historia se repite, dicen que es cíclica dando vueltas sobre sí misma como un espiral. Solo cambian los personajes y el contexto histórico.
En tiempos de Poncio Pilatos irrumpió en el escenario público un carpintero muy pobre, había nacido en un pesebre, y perseguido antes de nacer, bautizado con el nombre de Jesús, padre del Cristianismo. Los otros personajes que completan el cuadro histórico que intervienen en los trágicos sucesos ocurridos después del famoso canto del gallo, serán: Caifás el sumo sacerdote judío y Barrabas enemigo público número uno, criminal, acusado de guarimbero, asesino y ladrón.
Extrapolando la escena bíblica a la actualidad, los actores para interpretar estos roles, por el sumo sacerdote y personaje estelar: Roberto LÜCKERT, Leopoldo López como Barrabas y el independentista y patriota puertorriqueño Oscar López Rivera, el preso más antiguo del planeta, lleva privado de libertad la edad de CRISTO y Obama en el papel de Poncio Pilatos.
Tanto Caifás y Lückert sacerdotes provenientes de la clase dominante y oligárquica, no aceptan que un obrero o carpintero pata en el suelo, sean elegidos por sus pueblos (DIOS) para representarlos, no puede ser, ese fue un desliz de nuestro señor, “seguro le pasó como nos suele suceder a los curas cuando se nos sale un pedo involuntario”. Un mesías de los judíos pobre, y el colmo, para seguirlo había que despojarse de todos los bienes y corotos acumulados toda la vida para llegar al paraíso, primero pasaba un camello por el ojo de una aguja. No había duda, nuestro señor había cometido un gran error; pero lo más incomprensible es haber elegido a un obrero autobusero presidente la Venezuela, la que tuvo una bandera de 7 estrellas, imperdonable que alguien de nuestra clase como Enrique Capriles haya sido derrotado, fue humillante pero nos reconforta que 43 chavistas sucumbieran ante la arrechera de Enriquito.
El cura Lückert se escandaliza por la justa y audaz propuesta del Presidente obrero Nicolás Maduro de canjear al criminal Leopoldo López pelo a pelo por el patriota latinoamericano Oscar López Rivera; dejando en las manos de Obama tan enrevesada decisión.
El imperio con su acostumbrada doble moral le exige a Cuba dejar en libertad a la disidencia de la isla, pero la disidencia de la vecina Puerto Rico no se discute, como colonia está sometida a las leyes extraterritoriales del imperio, celebradas por Lückert y la burguesía en sus misas domingueras, echándole la bendición a las barbaridades del congreso de EE.UU. creyendo que todavía somos su patio trasero dictando leyes contra nuestros pueblos, tal es la última ley dictada por ese congreso de ese país y firmada por Pilatos contra la soberana República Bolivariana de Venezuela.
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