Caos en la oposición

Cada día que pasa se dejan ver las costuras, tanto los viejos como los nuevos partidos políticos no dan pie en bola. Capriles se ha quedado solo en sus llamados a tomar la calle. Se le acabó la capacidad de convocatoria, aparte de eso los votantes de derecha lo ven como oportunista preocupado realmente por subir en las encuestas, puesto que Leopoldo López se lo llevó por delante. Voluntad Popular, no ha aprovechado el momento político para organizarse estructuralmente en las zonas populares.

En Barcelona cometieron el error de colocar de jefe a un aspirante fracasado proveniente de Copei, se le premia por el desastre dejado en el partido verde, conjuntamente con la directiva anterior quienes por 12 años dejaron un saldo totalmente negativo a los extremos de perder el local regional de esa organización.

Los directivos nacionales socialcristianos, se empeñan en no aprender, tienen un nuevo presidente regional que luego de 2 años no ha demostrado estar capacitado para ese cargo, ahora reestructuran y lo ratifican, sin poder armar el cuadro directivo, porque nadie quiere ir a hacerle el trabajo.

Roberto Enrique, presidente nacional de Copei perdió los libros nombrando un secretario general regional que nunca fue dirigente ni militante socialcristiano, formado a las sombras de Ernesto Paraqueima y con una infructuosa pasantía en el comando de Víctor Hugo Figueredo, en la campaña de reelección en Lechería, no arrimó ni un solo voto. Aunque en Copei ya realizó la primera labor al pelear con el hijo de un ex dirigente agrario.

Errores sobre errores que terminaran por hacerlos desaparecer del mapa político. En este escenario debemos cuidarnos de los infiltrados oportunistas que se aprovecharon de los gobiernos socialcristianos, para luego vestirse con la franela blanca de los adecos, como el caso de Américo Hernández, que sin la menor vergüenza se viste de rojo declarándose el chavista más puro. Se molesta con los alcaldes porque no hacen lo que él diga, quiere llegar mandando a las alcaldías.

Utiliza su posición de periodista para presionar o adular según sea el caso. Ya ha discutido y casi peleado en las panaderías, por su manera ofensiva de hacer proselitismo, esa gente daña el proceso. Tampoco genera votos, cuando trabajaba se la pasaba en un negocio de la avenida Miranda jugando en maquinas traga monedas y otras veces desayunando con el alcalde adeco Goyo Salazar. Por favor, con qué cara defiende la revolución.

orocopeysolano@gmail.com



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