Para mis amigos (no se si tengo enemigos)

Reflexiones

HUELLAS... Reflexiones

¡Qué difícil va a ser, para mí, lo que pretendo hacer!...

Escribir para mis amigos (no sé si tengo enemigos), escribir para Venezuela, para esta  Venezuela querida, que me abrió sus puertas de par en par y me acogió con cariño, hace más de cincuenta y cinco años, que fue patria y hogar de mi esposa Zaira (fallecida hace poco más de un año, el 4 de Enero de 2013), y lo es  de mis hijos, nietos y de un montón de amigos esparcidos por todo su territorio, Venezuela es para mí el país noble y querido, totalmente paralelo a Galicia, mi tierra de cuna, también, amadas e inolvidable.

Quiero escribir sobre la situación terrible que está viviendo, social y política que, como sucede en otros países del mundo, el odio entre  hermanos a través del fanatismo político, profundo y ciego, inculcado y   motorizado por grandes intereses, que no dejan ver ni reflexionar a personas nobles sobre las verdaderos motivos e intereses en juego.

Sé que muchos lectores, son mis amigos a los que quiero y respeto con la más alta nobleza y sinceridad, y debo decir, que mi filosofía de la amistad, fue siempre la misma  y los que me conocen de cerca, la saben: que la amistad no pone condiciones, la única condición es que esa amistad sea sincera.

Los seres humanos, somos todos diferentes y lo que deberíamos y tendríamos que hacer con esas diferencia y  nuestra inteligencia natural es aprender a convivir y a ser solidarios con los demás, respetando nuestras diferencias ideológicas y culturales, para que nuestras vidas en la sociedad, estén siempre alimentadas por los sentimientos más nobles: el amor, la bondad, la comprensión, la solidaridad, la honradez, la alegría y la suficiente humildad. ¡¡ Jamás por el odio!!

Tenemos un gobierno que, gústenos o no, fue electo democráticamente, a través del voto y estemos del lado que estemos, si en verdad somos demócratas, tenemos que saber asimilarlo, por el bien de lo que más queremos: ¡Venezuela!

Por la paz y la convivencia, que junto con el amor y la nobleza, son el verdadero componente de la felicidad. Ese sentimiento tan buscado y tan difícil de conseguir, sobre todo, si encerramos nuestra sensatez y damos rienda suelta  a nuestras pasiones políticas, las cuales, casi nunca, busca el beneficio de un pueblo con toda su nobleza a cuesta, sino el nuestro, del grupo político, el egoísta, el que nos ciega y nos obliga a vender nuestra alma al diablo, apartándonos del camino más lógico, más leal y más correcto.

Comienzo la parte más difícil con una pregunta: ¿ustedes, amigos, creen que si Venezuela fuera un país sin tantas riquezas naturales (petróleo, oro, hierro, etc.) estaríamos en la misma problemática y angustiosa situación política?

Todos le queremos a Venezuela, unos mas y otros menos, pero todos le queremos. Sin embargo no tenemos la capacidad de entendernos y respetarnos igual, sino al contrario: Hemos dejado que el virus maldito del odio (el odio nos hace perder la razón) nos domine, siempre inyectando por intereses creados, económicos, políticos, religiosos o de compromisos adquiridos.

Sigo haciendo preguntas y ojala las respuestas iluminen mis posibles deficiencias: Si en verdad queremos a Venezuela como decimos y creemos, ¿seriamos capaces   de apoyar a una potencia extrajera para que nos invadiera, con armas sofisticadas y  poderosas, con las que sin duda, dañarían y matarían a muchos hermanos nuestros, hijos, también de esta muy amada Venezuela? ¿Seriamos capaces por el hecho de que este gobierno es de ideología diferente a la nuestra y nos parece malo? Esa potencia extranjera, dejaría en su lugar a un gobierno títere y afín (como sucede en otros países) que les garantice su fácil acceso a todas nuestras riquezas naturales, tan apetecidas. ¿Les parece lógico y sensato? No nos engallemos amigos míos.

Reflexionemos con la suficiente frialdad y nos daremos cuenta que esta situación fue estudiada, creada, financiada y puesta en marcha por grandes intereses extranjeros (sin duda con complicidad interna) con espíritu económico y político, en donde sólo perdería Venezuela.

Los detalles están muy claros para quienes quieran y puedan analizarlos con frialdad, con la necesaria capacidad e independencia.  El método ya fue usado en muchos países, en algunos con éxito y en otros con descalabros políticos para algunos autores. Lo más triste e indeseable, son las vidas jóvenes que se han perdido y se seguirán perdiendo, mientras las grandes potencias que dirigen nuestro mundo, cargados de soberbia, prepotencia no se  den cuenta que por el camino de la violencia y el egoísmo, no se podrá alcanzar jamás, la paz y la felicidad de los pueblo.

Yo no pretendo, con esto, defender a ningún gobierno, porque, a fin de cuenta, todos los gobiernos son buenos o malos, según el cristal político con que se miren.

Pero si quiero que reflexionemos sobre la parte más humilde, más noble y mas olvidada del problema, que durante muchísimos años vivió  invisibilidad por los distintos gobiernos que fueron pasando y pasando y  volviendo a  pasar. A ellos (madres, padres, hijos y nietos, de bajos recursos) les llego un día, una democracia participativa y   protagónica que se preocupo de darle la debida atención a esas madres invisibles y sacrificadas; esas madres y sus familias, que suponen una gran parte  del país y que muchas se han visto obligadas a representar  el papel de madre y padres a la vez, y venciendo todos  los obstáculos encontraron fuerzas y coraje  suficiente, para sacar a sus hijos del barro, Apoyándolos en sus estudios (aunque ellas no lo hubieran tenido) y con su sacrificio en el trabajo, los acompañaron hasta verlos ene l campo profesional o en algún oficio honesto y productivo. ¡Qué ejemplo tan hermoso  de esas madres! Y lo más aleccionador: Ellas jamás se dejaron vencer por el odio. ¡¡ Fueron y son pura   bondad!!

Aquí me surge otra pregunta. En el supuesto caso que la oposición llegara a ser gobierno ¿Seguirían vigentes y apoyadas las misiones creadas para ayudar a este importantísimo sector de nuestra población? Y añado otro beneficio. ¿Las pensiones que cobran hoy, hombres y mujeres de la tercera edad que nunca han cotizado, seguirían pagándose? Sinceramente, mis queridos amigos, yo creo que no. ¿Entonces?...

Podría seguir argumentando sobre muchos aspectos y hechos vividos a través de tantos años en este noble y amado suelo de Venezuela, pero no voy a hacerlo, los temas políticos son muy espinosos porque siempre se tocan intereses personales o de grupos poderosos.

Lo escrito hoy, son temas para reflexión motivados por tantas barbaridades oídas constantemente pidiendo a gritos, hasta una guerra civil  ¡¡que saben lo que es una guerra civil!!... y si alguna o alguno lo sabe y la pide, no tendría calificativo… y si es un madre ¡Que Dios la perdone!

Reflexión, amigos míos, reflexión y paz que son los valores que nos dignifican y dignifican y ennoblecen a Venezuela, ante este convulsionado mundo en el que vivimos.

Pero nada se podrá lograr si no hay sensatez; si no hay deseos sinceros de lograr esa paz tan deseada; si no hay  la capacidad y la nobleza necesaria para aceptar el verdadero juego político y democrático, en donde el resultado del voto se acepte y se respete, como único camino para lograr la paz, que nos permita vivir con felicidad y alegría, como verdaderos hermanos de sangre; por nuestros padres, por nuestros hijos y nietos, por nuestros ancianos, por nosotros y sobre todo, por Venezuela, a la que todos decimos amar profundamente, pero tenemos que demostrarlo con verdaderos valores humanos y con hechos.

Las protestas y marchas pacificas con motivos justificados… ¡¡todas!! Las guarimbas, salvajes, violentas y mortales ¡¡ni una!!

Venezuela es la que sufre, no quiere  ver a sus hijos odiándose y matándose entre si, como si fueran furiosos enemigos.

Ella y las nuevas generaciones del futuro inmediato, nos exigen, conciencia, nobleza y reflexión, para aprender a convivir con nuestras diferencias ideológicas y culturales, sin discriminaciones. Para hacer de nuestra patria un remanso de paz, de fortaleza, de felicidad y convivencia, que nos presente ante el mundo, como uno de los países más nobles y hermosos, en donde valdrá la pena vivir y morir rodeados de paz y amor y no de odio y  violencia.

Ojala un día, no muy lejano, podamos estar todos incrustados en el corazón de Venezuela, con los valores que nos muevan como hijos de la misma tierra, haciendo honor  a  lo que realmente somos: ¡¡ seres humanos!!

Con mi más profundo respeto para todos y mi afecto incondicional para mis amigos.

 

 

Juan Manuel Giráldez =  Manolo Giráldez

 



Esta nota ha sido leída aproximadamente 2254 veces.



Manolo Giráldez


Visite el perfil de Manolo Giraldez para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Manolo Giraldez

Manolo Giraldez

Más artículos de este autor