El fascismo ha mostrado su rostro

El asesinato del joven diputado Robert Serra y María Herrera ha levantado un conjunto de sentimientos encontrados en la sociedad venezolana; tristeza, desolación, indignación, rabia y conmoción, son apenas unos de los calificativos que se han desatado con este vil hecho que enluta al pueblo venezolano. Es un hecho abominable que escala el rechazo de todo el Continente nuestroamericano.

Es un hecho grave, no solo por la figura que representaba el Joven Revolucionario en el entorno mediático, político y social; sino por la crueldad del homicidio que con él y María cometieron. Claramente planificado tal suceso por actores que de acuerdo a las declaraciones de Ernesto Samper Secretario General de UNASUR y Ex – Presidente de Colombia demuestran una clara infiltración del Paramilitarismo en el País.

Esto no es nuevo, recordemos lo ocurrido en 2004 con la operación Daktari, donde los servicios de inteligencia venezolanos lograron impedir una arremetida Paramilitar que esperaba provocar un estado de conmoción pública, a partir de un grupo élite formado y entrenado en una finca de Robert Alonso, por cierto el mismo autor del Plan Guarimba que circulaba en internet para ese mismo año (Pérez Pirela y Britto García, 2012).

Es decir, estamos en un momento que se ha venido fraguando desde hace muchos años, con presencia de Paramercenarios y una Paraoposición (Britto García, 2012), que tributa para la generación de una salida del Gobierno a través de hechos violentos, que concentren la posibilidad de un estado de confusión mediante un estallido de la violencia.

Tiene que ver igualmente con el incremento vertiginoso de la violencia homicida en el país, recordando de acuerdo a Forero y Ortega (2013) que los llamados Estados Puerto presentan mayores tasas de homicidio, y en el que Entidades como el Táchira desde el 2002 al 2012 han incremento la tasa de sicariatos de 3 a 34 homicidios por cada 100.000 habitantes en ese período.

En ese sentido (Forero, Correa, Ortega, Mora y Díaz, 2014) consideran que uno de los objetivos planteados por el Movimiento Fascista actual promueve “Destruir físicamente al movimiento bolivariano y chavista por su signo contra hegemónico, internacionalista, anticapitalista y antiimperialista. Mediante lo cual se supone la extinción de las posibilidades de una transformación del orden social dominante en Venezuela y en el continente” (p. 17), pero igualmente en tal sentido sugieren:

¿Acaso esta premisa no coincide con otras experiencias de aniquilación como de la los “Espartacos” en Alemania, las “Brigadas Rojas” en Italia, “Los Republicanos en España”, la “Unidad Popular” en Chile, el Peronismo de izquierda en Argentina, entre otras? ¿No resulta atractivo para el capital trasnacional volver a dominar a sus anchas el territorio, es decir, los recursos, la fuerza de trabajo y el mercado, de los países de América latina? ¿Quién defiende desde el ámbito internacional, diplomática y mediáticamente la arremetida violenta. (Forero, Correa, Ortega, Mora y Díaz, 2014, p. 17)

Coincide con el Manual de Gene Sharp para desintegrar la dictadura y promover el Golpe Suave en los términos de:

(1) el ataque a sectores chavistas; en palabras de Sharp (1993) por ser personas o grupos importantes que asisten u obedecen a los gobernantes, y (2) para evitar la posibilidad de un contragolpe que permita insurrecciones por parte de las fuerzas despojadas del poder. (Forero, Correa, Ortega, Mora y Díaz, 2014, p. 28)

Hechos como lo ocurrido con el Joven Revolucionario han requerido un tratamiento mediático a través de Paramedios (Britto García, 2012), con acciones como la ocurrida el 14 de febrero del 2014 cuando “Cuelgan muñecos ahorcados en la entrada de Rubio (ciudad de frontera) promoviendo el asesinato de Chavistas” (Forero, Correa, Ortega, Mora y Díaz, 2014, p. 65).

No es casual lo que ha ocurrido, sin duda representa una gravedad notable, en el entorno nacional, especialmente alentado por personajes externos que han desarrollado toda una ofensiva para provocar una guerra civil en Venezuela, y nuestra obligación no es otra que dar un mensaje contundente que en la diversidad y las diferencias es posible la convivencia en vida con nuestros adversarios políticos.

Referencias Bibliográficas
Britto García, L. (2012). Dictadura mediática en Venezuela. Caracas: Correo del Orinoco.
Forero, J. y Ortega, N. (2013). El delito homicidio en Táchira. 1982-2012. Caracas: UNES
Forero, J., Correa, A., Ortega, N., Mora, R., Díaz, L. (2014). Fascismo, Golpe de Estado y Guarimba en Venezuela: El Pueblo Alerta. San Cristóbal: Trabajo de Investigación no publicado.
Pérez Pirela, M., Britto García, L. (2012). La invasión paramilitar. Operación Daktari. Caracas: Correo del Orinoco.



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Nelson Ortega

Aprendíz de Socialista, Bolivariano, Investigador, Planificador Ingeniero en Informática, Diplomado en Innovación Tecnológica, Msc. Planificación Global. www.masrevolucion,blogspot.com

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