Bueno o malo ¿saber quién firma?

Parece que la oposición no aprende, le cuesta mucho entender y analizar las causas por las cuales los pueblos en un momento determinado se deciden a cambiar, a revolucionar y toman decisiones políticas que en circunstancias acordes con el criterio de las mayorías parecieran ser las más idóneas.

Es cierto, hay muchos problemas por resolver, quizá la tarea sobró a algunos personajes de nuestra dirigencia, eso es más que evidente, pero en un proceso político de carácter inédito todas esas vicisitudes deberían ser asumidas como parte del proceso más allá de las normas prescritas en los manuales del comportamiento ético y moral de un revolucionario, no hay un guion pre establecido con el cual medir cualitativa y cuantitativamente el éxito de la acción político económico y social de un cuadro revolucionario, salvo la consigna bolivariana de procurarle a las masas (pueblo) la mayor suma de felicidad posible.

La temprana falta física del conductor de masas seguramente incida en los resultados dado que es el ideólogo y fundador de esta revolución inédita, posiblemente hemos subestimado el poder de la profunda y arraigada cultura individual capitalista que por décadas nos han sembrado, es posible que tengamos camaradas tecnólogos burocratizados que se niegan a escuchar consejas o propuestas al creer que son los dueños de la verdad, pudiéramos haber pecado de incautos al creer que con el voto mayoritario el mandado ya estaba hecho y menospreciamos la capacidad de acción y desestabilización del capital empresarial y comerciantes, pero peor aun creer que ellos van a trabajar en función social mediante el dialogo, o creer que el modelo propuesto por nuestro Comandante Eterno puede convivir con el modelo capitalista salvaje, en fin son muchos los posibles errores que pudiéramos haber cometido en nuestro inédito proceso revolucionario sin embargo está muy lejos de pensar que justamente quienes recientemente perdieron la confianza del pueblo vayan a lograr parar el proceso y derrocar al gobierno.

Una cosa es que el pueblo perciba todos los males o errores que se hayan podido cometer, que este inconforme con funcionarios o camaradas ineptos en los distintos niveles para dar respuesta a los ataques de la guerra económica, etc., percepciones muy validas por cierto y otra muy distinta es que el pueblo mayoritario añore que quienes gobernaron en la IV puedan volver a hacerlo y mucho menos con la actual dirigencia opositora de la cual sabemos cuál es su procedencia no muy santa de tradición familia y propiedad, lo más ultra derechista y fascista que haya conocido el mundo, los dirigentes de la oposición tradicional (AD, Copei, Mas y otros) son viejos zorros que están como caimán en boca è caño observando a estos seudo políticos para actuar en caso que tengan algún éxito inducido por el poderío imperial como sucedió en Abril del 2011.

En cuanto a la recolección de firmas para un revocatorio pudiéramos decir que “…el único animal que tropieza con la misma piedra es el hombre…,” en este caso la oposición; pero esto tiene una lectura y creo sin temor a equivocarme que esa acción valida, democrática y constitucional no fue bien aprovechada por el gobierno en su edición anterior, ya que según dicen por ahí quienes más se han beneficiado económicamente son precisamente quienes firmaron, no creo que haya un empresario no productivo (comerciante) de los que reciben las divisas y grandes créditos que no haya firmado, el pueblo lo sabe y ve de reojo a nuestros dirigentes desesperados por conciliarse con el enemigo natural del proceso, ante eso no sabemos cuál de los dos sectores es el que está tropezando con la misma piedra, no lo sé, pero lo que si estoy seguro es que el pueblo si lo sabe, pero aun así el es sabio y paciente y distingue de lejos cual es el verdadero enemigo y otorga los errores de quienes están en la tarea de dirigirnos, ahora la pregunta es ¿hasta cuándo?.



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Gonzalo Ochoa Díaz


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