¿Cuál dictadura?

Así como el gran escritor Mariano Picón Salas dijo que nuestro pueblo es “levantisco”, hoy podríamos afirmar que la hipérbole también está presente en algunos venezolanos.

Esto bien a cuento porque desde que el Presidente Hugo Chávez consultó al pueblo venezolano (1999) para que se pronunciara por la convocatoria de una Asamblea Constituyente, sectores de la vida política y académica venezolana comenzaron a decir que en nuestro país se instaló una dictadura.

Son 15 años con el mismo retornelo. Son los mismos que dicen que Chávez y ahora Maduro son violadores de los derechos humanos; que hay que salir de este gobierno a como dé lugar, que no debe esperarse hasta el próximo proceso electoral, que hay que “tumbar este gobierno”, que en Venezuela no existe libertad y tampoco democracia.

Estos sectores que se hacen llamar la “intelligentzia”, se abrogan la representación de la mayoría, hablan en su nombre y están convencidos de que van por el camino correcto, aunque la realidad en 19 procesos electorales indique lo contrario.

Su agenda de oposición excluye lo importante (otros temas que si son sensibles a la cotidianidad de cada uno de los venezolanos, sobre todos los de las barriadas populares, los caseríos, los pescadores, los campesinos) e incluye lo que no le da rédito político, como seguir acusando al gobierno de Nicolás Maduro de gobierno forajido, cómplice del narcotráfico y colaborador de la FARC, colombiano, asesino, psicópata, autócrata, impúdico, ávido de poder y pare usted de contar.

El Informe de Latinobarómetro de 2013 en su parte discursiva dice “las instituciones en Venezuela no garantizan todos los derechos de una democracia a la oposición. La dominación del ejecutivo sobre los otros poderes del Estado, el Parlamento, el Poder Judicial, hace de la democracia venezolana una democracia limitada o una semi democracia. De la misma manera la injerencia del Estado en los medios de comunicación es una permanente fuente de reclamo de opositores. La dominación del Estado en general es un tema que limita la capacidad de competir de otros sectores políticos. Tiene el elemento elecciones como legitimidad del poder, pero es deficiente en muchos de esos aspectos”

Sin embargo, este mismo informe evidencia que “sus ciudadanos no piensan así” y “Chávez gobierna desde el año 2000. El apoyo a la democracia comienza a aumentar en 2002 para alcanzar el ciclo más alto en 2008, 2009 y 2010 con Chávez como presidente. Hoy con su sucesor el Chavismo se muestra muy vivo con un 87%”.

Mientras no se entienda esta gran distancia entre el discurso y lo que dicen sus ciudadanos, los “sabios”, al mejor estilo de Platón, estarán dando palos de ciego.

* Sociólogo, doctor en Ciencias Sociales, profesor titular, ex-director de la Escuela Internacionales de la UCV y ex embajador en Polonia, Uruguay y Grecia.


framongonzalez@gmail.com


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