Un sueño político

El sueño es libre. Cada quien tiene sueños propios sin ningún guión o libreto. En el plano de la política se sueña mucho.

Los revolucionarios sueñan con hacer una revolución para rescatar a los desposeídos, a los marginados, a los que nada tienen, a los condenados de la tierra como diría Frank Fanon con el objetivo de realizar grandes transformaciones en el plano social, político y económico.

Construir una sociedad nueva en el marco de una República soberana independiente y democrática, donde impere la libertad la justicia, la igualdad, y la cultura, es asimismo, un sueño.

En los sueños políticos siempre se rescata para provecho partidista la mitología de la exageración con quimeras inalcanzables.

Todo lo frondoso de las propuestas políticas se resuelven en el plano de la superstición que de esta manera se constituye, en una forma espuria de la imaginación, debido a que el sueño político que se ofrece realizar estará en un futuro siempre postergado.

En lo sueños políticos el credo iluminista acompañará las promesas de los líderes salvadores convertidos en semi-dioses.

En nuestro país la oposición venezolana ofrece también a las grandes mayorías de Venezuela un "peligroso" sueño con el nombre del "cambio hacia un nuevo país".

En relación al nuevo país que piensan construir preguntamos:

¿Será este proyecto el retorno del país de la tortura, el analfabetismo, de la eterna deuda externa, el quiebre de 22 bancos del partidismo, del fraude electoral permanente por parte de A-D y Copei, de la ejecución y desaparición de guerrilleros, de la masacre de Cantaura y Yumare?

¿Será el país que debe entregar todas sus riquezas a las grandes corporaciones para ser ocupado nuevamente como una republiquita neocolonial?

Este proyecto de sueño con ribetes políticos es la misma historia de una oposición sin arraigo social ni político donde se mezclan idealistas trasnochados partidarios del neoliberalismo imperial fracasado e intervencionista en todas sus formas: dependencia económica y gobierno títere.

También abundan los ambiciosos con sus rituales pregonando su dominio, su oscura fuerza, negando su compromiso con la vida al igual que los resentidos, los delincuentes comunes y guarimberos que "no saben" exactamente porque pelean y menos porque luchan.

Las idílicas propuestas opositoras de un supuesto programa liberador no es más que la vieja retorica subdesarrollada.

Más allá de todas sus proclamas vacías y etéreas, sin ninguna vinculación y conexión con la nueva realidad socio política-económica de nuestro país, en nada se diferencia el comportamiento opositor actual de la conducta de los gamonales de su glorificada IV República en el ejercicio del mando, la reiteración de los abusos, el provecho personal, el endeudamiento eterno del país, la privatización de PDVSA, y el trato dado a la invulnerable, mal combatida y consentida corrupción.

Es la misma historia contada en un tiempo distinto con un pueblo asistido y consciente de sus libertades y derechos.

Gonzalo Celorio hablaba de la "la amnesia-repentina", esa que ahora padece la oposición política venezolana, cuyo antecedente es la peste del insomnio, que les impide recordar a sus activistas los terribles hechos en los cuales estuvieron comprometidos, y hoy quieren aparecer como santos inocentes desprovistos de toda culpa.

 
Profesor Titular de LUZ
 
Enviado por: Israel Sotillo
isotilloi@gmail.com
 

 



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