La militancia anti-chavista de los partidos opositores, no solo es una de las causas principales de sus desaciertos políticos, sino también, es la antítesis de la democracia política. Sobre todo, porque no les permite observar el bosque, donde tratan de plantar su árbol.
La obsesión por echar del poder al gobierno chavista, causan en ellos, la mitómana idea de presentarse ante la opinión pública como un cuerpo político “Unido”, cuando la verdad verdadera, es que esa “Unidad” opositora, es discontinua e inconexa, vale decir, contracorriente, porque no es posible que desde allí, pueda realizarse una propuesta al país, coherente y aceptada por todos quienes integran la MUD.
No reconocer una verdad que está en vox populi, es acelerar la muerte súbita de los partidos que hacen vida en la Mesa, a menos que, padezcan del síndrome de Apariencia Psicótica. Si este fuese el caso, es comprensible la ruptura que existe en ese “cuerpo político”, con la realidad social y política del país. Siendo así, la militancia opositora tendrá que darle un sacudón, para exorcizarlos y meterlos por el carril. De lo contrario, le tocará a la oposición venezolana (que no es precisamente la MUD), estar por muchísimo tiempo más allá de la retaguardia.
Todo el país está consciente que la Mesa está sin patas, que la única formar de recomponerla, es sincerando quienes tienen cualidades para integrarla, es decir, quienes respetarían los acuerdos a los que lleguen. Hasta ahora, eso no es posible, porque suponer que pueden sentarse con los extremistas responsables de “La Salida”, del paro petrolero, del golpe de Estado, etc., es un nivel de ingenuidad abismante, que no permite que los nariceados de la MUD (http://jiuvanthuerfano.wordpress.com/2014/02/26/nariceo-y-doble-agenda-en-la-mud/) impulsen una propuesta de gobierno en el marco democrático, que les permita competir con posibilidades reales contra el Modelo de Chávez, vale decir, el Socialismo del Siglo XXI. Por el contrario, seguirán derrochando los avances electorales obtenidos de las últimas tres elecciones.
Insistir en la recomposición de la MUD, es como buscar de mediar en el apareamiento de los gatos, por muchas encerronas que hagan, siempre la gata saldrá a desaparecer a su “conyugue”, porque es su naturaleza. Lo cierto es que, si los sectores democráticos de la MUD, deben comprender que a pesar de su poco peso político en la sociedad venezolana, ganarían mucho más, enarbolando las banderas democráticas. De lo contrario, su extinción está a la vista.
Culmino recordándoles, que la fuerza opositora, no son las elites partidistas en las encerronas, sino sus seguidores.
