Sí pero no

Por más que uno ya esté acostumbrado, no dejan de causarle escozor de cuando en cuando las sinuosidades mentales del oposicionismo. Trátese de la extrema extrema fascista o de la menos extrema democrática, la derecha no ha mostrado en quince años una sola posición de veracidad confiable. Sí pero no es el invariable sello que la distingue.

Sus tortuosas maneras la han llevado, miente mintiendo y la realidad burlando, hasta la inversión de la semántica para que las palabras signifiquen su opuesto. Estoy repitiendo este juicio y no me corro, como decía César Vallejo.

Alguien dice que frente a los manifestantes pacíficos los cuerpos de seguridad han dado un trato cruel, inhumano y degradante, y que es la primera vez que ello ocurre en nuestra historia. Los grandes medios se solazan con tales descargas.

¡Manifestantes pacíficos! Debe de ser porque no entendemos. Los niños y niñas juegan, en compañía de jugadores profesionales, importados algunos, y sus juguetitos a veces escupen fuego perforador, o son cuerdas que separan cuellos, o miguelitos simpaticones y cosas por el estilo, y te quitan las calles por pura chanza, y tú no los comprendes, y ellas y ellos tan felices y eufóricos al compás de algunas animadoras sustancias.

Trato cruel, etc., compare usted la acción defensiva de la fuerza pública, sañudamente provocada buscando que actúe como dicen, y siempre contenida y respetuosa salvo excepciones (que se castigan), compárela con la que actúa en otros países, entre ellos el de su adoración norteña, y con la que en su infinita ignorancia histórica desconocen.

Porque, ¡primera vez!, lo que dicen que ocurre y no es cierto sí ha ocurrido aquí con horrores de vidrio molido, tortoles, grillos, golpes, patadas, palizas a veces mortales, electricidad, quemaduras, cuelgas, celdas de castigo, enyugues (dos presos engrillados), ring, helicópteros, ahogamientos, desapariciones y otros derrumbamientos de la condición humana. Herencia española potenciada por enseñanza gringa, máximos exponentes Juan Vicente Gómez, Marcos Pérez Jiménez y, achicándolos, su añorada democracia puntofijista.

El señor Aveledo dice no oponerse a las sanciones de EEUU contra funcionarios específicos, o sea, le reconoce derecho de juez y gendarme mundial al país imperialista. Y, ¿quién designó a este para tales ejercicios? ¿Quién le impone sanciones a ese juez por sus acciones de bandidaje, rapiña, destrucción de países, genocidio y demás?

¡Por favor! Regurgitaciones de la semántica invertida.



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Freddy J. Melo


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