MUD: Una servida mesa episcopal, Cardenal al ajillo con hojitas de laurel y al horno

Lo dogmático en esto de las creencias de carácter “espiritual” han roto su cielo en mil pedazos; fines que van más allá de la paz del “alma” confiscaron principios éticos y morales e hicieron alianzas “extraterrenales” con el mal (“infierno”) que ellos mismos crearon para su competencia de “almas” buenas y malas (dioses blanco y negros diablos). En el transcurrir de ese hurgante adivinar dela llamada creación y en todo su historial, hay desde siempre todo un libro sacramental apológicode los “pecados” favoritos y más ofensivos a su etéreo creyente, nacido éste, de la fábula creativa del ser que analizaba para sí, la inmensidad sideral y de los cuantiosos espacios de naturaleza y fauna, lo desconocido, y fue y es esa, la fragilidad para endonarse el engaño universal e imponer toda un reinado de deidad imaginaria constituida por la temeridad y el control del saber de exclusividad única para el pudiente de entonces, pero dogmatizada a sus también entonces grandes intereses al igual que hoy.

De todo esto, es hijo nuestro espectacular Cardenal, profundas raíces de millones de años de males ancestrales forman la génesis de su humanidad signada por su “devoción” pastoral. Hoy a los tantísimos años de la creación de la cual no sabemos mucho, por no decir nada, pero de la que sí lucubramos muchas/os alucinado respuestas teóricas, las pretensiones son las mismas, rige su carácter de ya no prescindir del pensamiento originario; algo así, como negar la evolución y perennizarse en el tiempo inicial, le podríamos denominar el oscurantismo religioso.

La fusión entre los argumentos de falso valor, así preciados por la ultra-derecha y en este caso muy bien específico de la religión católica como imperante en la recluta de adeptos embaucados en su aventura por el poder, tiene elementos de extremada anti-socialización y de inconmensurable descomposición de la hermanada solidaridad, eso, a lo que él y ellos llaman hipócritamente comunión; la formación de sus ejecutores está ceñida por el magnánimo deseo de amalgamar el poder bajos todas sus figuras imperiales; y, es a eso, a lo que se debe que existan seres como nuestro Cardenal, oprobioso, altamente fustigante, pleno de la mentira, engañoso, ambicioso, individual, falso, perverso, sin personalidad, presto siempre a destruir a su igual, que según su doctrina de creencia, debe acobijar y con unos incontrolables deseos de sentirse rey por la alusiva a supedestre vestimenta simulante. Todo indica que su dogmatización contradice de su actuación, niega que la tal virtud de elegido a lo “santo” es un inequívoco y es la trampa religiosa para tener en cautiverio las profecías del primer comunista, un hombre que se llamó Jesús Cristo.

La MUD es su gran caja de resonancia política y contra producente con su “vocación” de servidor; ha transgredido su palabra, y desde el púlpito dominical segrega, propicia y da como ejemplo a sus súbditos de sotana y feligreses el extracto ponzoñoso de no admitir ni aceptar a ese tan mentado prójimo tan solo por no tener ídem pensamiento ideológico, propio del fascismo que hizo gala con Mussolini y el franquismo español, y que hizo eco en las dictaduras militares y civiles del Sur; mas, lo de la paz sea con vosotros, da un brusco giro a lo negativo de 360° de violencia dirigida desde la casa de “dios”, según su dogma; apetencias contra-espirituales le abrumen la entrega a estar a la anhelada siniestra, pues la diestra de su hijo Cardenal actúa con vilipendio a su justeza, porque ella debe ser ambidiestra, ambas abrazan con la misma justedady se califica de humanismo social.

En el juego de la política se sacrifican corderos y no importa sean puros e impuros; esta vez, le está tocando al Cardenal su adulterada cuota; la MUD solicita sea llevado a la piedra del paganismo con los nuevos ritos acordes al día de hoy; debido a la escasez provocada por ella misma, no se desperdiciará su corrida carne y se preparará al ajillo y al horno con hojitas de laurel para mejor gusto. La rimbombante oposición celebra que un hijo de su ilustre oligarquía burguesa sea vivo paradigma de la voluntad divina de sus reyezuelos.

Ahora bien Cardenal, el meollo en cuestión está en que usted está siendo presa fácil y con esmeradísima voluntad propia de su deseo por el total desmerito a su cardenalicio, recuerde y haga un buen ejercicio en su memoria, ese, por el cual usted casi se arrodilla, y por el cual, hizo súplicas hasta el cansancio y hasta llegó a ocultar por conveniencia su arma letal de predicar su mala palabra de siempre, para que ese ser de tanta humanidad como le fue en vida Hugo Chávez, le solicitara ante el Papa que fuere usted lo que hoy es, mas, que después por su bienabnegadanaturaleza de alacrán, anduviere todavíarepartiendoponzoñas como ingratitud al lomo del cristiano que le ayudó a cruzar ese río, en el cual se hubiese ahogado su castísima ambición eclesiástica de no ser por la bondad del ideólogo del pueblo y al cual usted, y su camarilla de la iglesia tratan inútilmente de ofender; no olvide esto, y téngalo siempre presente como palabra del pueblo: no ofende que quiere sino quien puede, y en honor a la verdad usted ni ha podido ni puede ni podrá.Los filisteos que hoy conforman el episcopado en el cual usted hace filas, no han perdido su esencia originaria, su conducta farisea en sucesión y en distinta nominalidad de la deidad de turno, es igual al comportamiento del Sanedrín en su época, el negocio para usted, sigue siendo vender la obsoleta y periclitante palabra al estrato y extracto político de 40 malévolos años, para recibir a cambio más canonicato de verde laurel.


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