Soliloquio de un guarimbero

Maldita sea, bien me lo dijo un pana, no te metas en eso Milton, que eso es peligroso, porque si no sale bien, chao contigo, te dan la espalda y ellos tranquilos y sin nervios, y con su cara de yo no fui. Pero yo de terco y creyendo en pajarito preñado, porque de paso me prometieron villas y castillos y unos buenos marrones. Y aquí estoy más ensartado que perinola en manos de muchacho.

  Pero lo más grave de esto, es que ahora me encuentro huyendo por mis delitos cometidos, pues fui capaz de cortar árboles, tumbar postes, colocar escombros y desperdicios para cerrar las vías, e incluso con la rabia, fui capaz, cosa de la cual me arrepiento, de lanzar pobres perros al fuego que prendíamos en las calles, porque esa era la orden para cobrar completo.

  Y fueron pasando los días y los que supuestamente estaban detrás de todo estos actos violentos, los cuales hoy deploro, no decían nada; no se pronunciaban ni fijaban posiciones a unas actividades que ellos mismos propiciaron, es decir estaban calladitos, como apostando a Dios y al Diablo; de manera que si la cosa salía bien, aparecían ellos y se adjudicaban aquellas vandálicas acciones; de lo contrario, salían desmintiendo los referidos actos y que nunca estuvieron de acuerdo con aquello; e incluso hubo unos que fueron aún más descarados, pues dieron declaraciones dando a entrever que estaban  conforme con las protestas y ahora no encuentran la manera de cómo decir que ellos no dijeron eso.

  Pero lo cierto del caso, es que ahora el que estoy fregao soy yo, pues no cobré mis churupos respectivos y ando huyendo, sin que nadie, que yo sepa, me va a venir a defender, pues ahora nadie fue y todos dicen que ellos siempre estuvieron con el diálogo y que eso que hicieron o hacen esos actos violentos, tienen una agenda oculta que está muy lejos de los que piensan y sostienen los partidos que son contrarios al gobierno.

  ¿Por qué Dios mío, me metí en este brollo? A mí nomás me pasa eso, pues al chamo Miguel no le sucede porque ese es chavista y anda alegre y contento. Pero a mí mejor no hablo más.



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Emigdio Malaver

Margariteño. Economista y Comunicación Social. Ha colaborado con diferentes publicaciones venezolanas.

 emalaverg@gmail.com      @Malavermillo

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