“Las leyes callan cuando hablan las armas”
Cicerón…
Vivimos una crisis política social y económica, y admitida, de proporciones incalculables, reconocida cuando se dio el dialogo presidido por Nicola Maduro Moros el pasado 10 /04/2014 en cadena nacional desde el Palacio de Miraflores que afecta directamente al ciudadano, a los trabajadores, a las mujeres y amas de casa; una crisis económica que afecta directamente el bolsillo del pueblo.
Esta crisis no es solo inflacionaria, financiera; tampoco es una crisis de la llamada guerra económica. La crisis actual es la manifestación de contradicciones insalvables en el modo de producción que ha implantado el gobierno bolivariano en estos 14 años, y por todas sus características es una crisis de baja-producción, y de burocratización excesiva, y de corrupción en unas cuantas manos, que abarca al conjunto del sistema bolivariano. Es la crisis general del modo de producción del capitalismo de estado. Los monopolios capitalistas privados y de estado son todos malos, una nueva burguesía que está cargando los costos de la crisis, a los trabajadores de la ciudad y el campo, a los trabajadores manuales e intelectuales, a la juventud estudiosa y trabajadora. Miles de nuestros hermanos venezolanos serán arrojados a las filas del desempleo, con esto de los Centros Comerciales, así como sucedió con la eliminación de los peajes en autopistas y carreteras, que trajeron caos e inseguridad vial.
Aumentan a diario los precios de la canasta básica y los servicios. En Venezuela la situación inflacionaria esta causando estragos en la población. Los que se llevaron los millones de dólares a costa del trabajo nuestro pueblo quedaron ilesos, y son los explotan con míseros salarios a nuestro pueblo, mas en la actual situación quieren que paguen los platos rotos, y los costos de la presente crisis, y también que paguen los dólares que se robaron de CADIVI. Frente a esto, los trabajadores y el pueblo dirán: ¡Que la crisis la paguen ellos, los burócratas, que la provocaron! Este capitalismo de estado en su fase terminal es el responsable de la guerra para malbaratar los recursos naturales, que destruyen vidas, pueblos y ciudades. Para cambiar esto de raíz es necesario que enterremos al capitalismo de estado y el burocratismo depredador, y la corrupción inmoral. Carlos Marx, Federico Engels, demostraron que es al proletariado como clase a quien corresponde esa tarea histórica: Ahora en pleno siglo XXI, sin repetir los errores históricos del socialismo real, hay que sepultar al burocratismo explotador, y construir la Venezuela nueva, y el socialismo bolivariano, humanista y democrático.
A esta crisis que quedo al descubierto con las llamadas “Mesas de Dialogo” debemos responder con iniciativas nacionales e internacionales. Que representen genuinamente posiciones progresistas que deben ser apoyadas por todos los venezolanos de las diferentes tendencias políticas e ideológicas.
En congruencia con este planteamiento, tiene que existir un programa nacional de lucha, y la organización de un Plan de la Patria que no sea contradictorio con el desarrollo nacional.
Es la hora de colocar en el banquillo de los acusados al modelo agropecuario importador, derrocarlo y enterrarlo si queremos cambiar profundamente la patria. En vez de querer matar a los venezolanos, que nos adversan, por parte de un radicalismo irracional nuestro, así como el que existe en ciertos grupos del lado opositor. ¿Porqué, no nos los ganamos políticamente con unas efectivas políticas socioeconómicas viales, alejándonos del sectarismo, y el odio radical muchas veces ignorante y sin argumentos?
