El Profesor Eduardo Morales Gil, a quien
Profesamos particular estima por su hasta ahora particular mesura como ficha regional de la oposición en el Estado Sucre y acucioso investigador de nuestra historia, no deja de sorprendernos con el eco que se hace de unos planteamientos hechos por el escritor boliviano
Julián Claudio Lechín en libro publicado en
el 2014, el cual dentro de la misma orientación
política del peruano Vargas Llosa, centra su odio anticomunismo en “la trilogía del mal”: Fidel, Chávez y Evo Morales. Ya por ahí se puede deducir la credibilidad de la fuente de Morales Gil para darle desahogo a su anticomunismo recesivo.
El fascismo, Profesor Morales Gil, ha sido historiado desde la década de los 30 para acá, en sus tres raíces básicas: Hitler, Musolini y Franco y, precisamente, estimado Prof. Morales Gil, su nombre parte de los “fascie di combatimento” (brigadas de combate) creadas por Mussolini para sus actos de masas. Modalidad que tanto en Alemania con nazifas-cismo y en España con la doctrina cristiana, se declararon rotundamente anticomunistas…modalidad ideológica que, luego de la Segunda Guerra Mundial, migró a la América (especialmente al Sur) huyendo del Comunismo…ideología que desde entonces consideraron su enemigo a muerte. Por eso, mal podría hablarse de “fascio-comunismo”, ni siquiera para defender un fascista como Leopoldo López y sus congéneres.
Por otra parte, bien feo le queda a Usted hablar de fascio-comunismo, cuando fue en los regímenes de su partido (AD) y Copei (toda la IV República), cuando se han cometido los peores crímenes políticos en este país: el “27 de febrero”, “Yumare”, “Cantaura”, Lovera, Jorge Rodríguez, el vil asesinato de los estudiantes Guerra y Millán dentro del
Liceo “Miguel José Sanz” de Maturín un 5 de Mayo de 1964, etc., por bandas armadas de AD y Copei, el asalto a sindicatos por bandas armadas de AD (Sotopol, cabilleros de Juan Herrera y otros)…persecuciones que no fueron sólo contra los comunistas, sino contra todos aquellos que pensaran distinto. Es posible que usted no vivió ni sufrió eso; pero, aún viven millones de testigos que pueden dar fe de ello, por lo cual se hace necesario una Patria Nueva, sin odio ni retaliaciones, fortalecida con el diálogo entre todos los venezolanos. Eso si, desterrando la calumnia y las deformaciones de la Historia.
