Si queremos ganar las elecciones del 8-D e impedir que el fascismo incendie el país con el impulso mediático de una victoria relativa a su favor, es urgente identificar y penetrar con inteligencia a los principales grupos sociales de votantes opositores que no aprecian los avances que han ocurrido en Venezuela durante los últimos 14 años.
Nuestra propuesta estratégica para el triunfo se basa en las enseñanzas de Hugo Chávez cuyas políticas de inclusión social han elevado calidad de vida del pueblo a través del nuevo Socialismo Bolivariano del siglo XXI:
1.Tenemos electores circunstanciales que alguna vez votaron por el chavismo pero ante la ausencia del Comandante y las fallas burocráticas del Estado, han creído que cambiar al Presidente garantiza el mejoramiento de la gestión gubernamental. A ellos debemos advertirles que lo fundamental es escoger líderes vinculados al pueblo pues nunca la burguesía beneficiará a los humildes.
2.Hay electores que son militantes derechistas y han sido adoctrinados en organizaciones al servicio de las clases privilegiadas, aunque muchos sean asalariados explotados. Con estos debemos emprender la misión de estimular la crítica, mostrarles que la única fórmula para el bienestar es reorganizar el trabajo con solidaridad y conciencia anticapitalista.
3.Están los jóvenes radicales, sus cerebros han sido lavados por nacionalismo, centrohumanismo, perejimenizmo, fascismo y democracia cristiana. Son minoría pero existen en universidades como fuerza de choque para alterar el orden público y hacer bulto en actos de propaganda. Debemos apartarlos de sus sectas mediante oportunidades de estudio, trabajo y cultura que los atraigan al sistema revolucionario.
