El Cura Calderón colgó los hábitos cuando confesó a Mardo y a toda la MUD, incluso la conferencia Episcopal, y vomitó

En idioma inglés MUD significa fango -no sé leer pero me escriben-; la MUD que hace y deshace, desde predios de la oposición, todo cuanto puede para ensangrentar al pueblo venezolano, crear caos y derrocar al gobierno que el país se ha dado libre y protagónicamente, es heraldo del imperio gringo, es su creación y en consecuencia, financiada.
Obviamente, el Cura Calderón -valga sin comillas- que medró en la MUD, es otro apátrida porque no se trata de un niño de pecho sino de otro bandido, sólo que pudo apelar a un resquicio de dignidad y, en tanto que cura bien pudo confesar a sus demás compañeros especialmente al sonado Richard Mardo y, al percatarse de tanta porquería, de tanta corrupción, pudo no contener la nausea y vomitar.
¡Esa pudo ser la causa que llevó al Cura Calderón a colgar los hábitos!
No obstante, que alguien abandone ese fango que es la MUD, ya es digno de admirar porque es la búsqueda de una reivindicación y hasta pudo ser que cayó en ese basurero por debilidad mental, lo que no es pecado sino una enfermedad porque, a decir verdad, propiamente el escualidismo es una nueva enfermedad mental en Venezuela.
Grosso modo la dirigencia de la MUD es psicópata y en consecuencia carece de mínimo remordimiento luego de cometer sus fechorías, así que alguien que rehuse seguir ahí, escapa de tal calificación, merece tenderle la mano y no precisamente para que se venga con nosotros sino para que busque por sí mismo otra alternativa opositora pero no fascista sino democrática.
Yo creo que el tal Cura Calderón también confesó a Monseñor Urosa Savino y demás parásitos felices de esa secta, ha debido imponerles una penitencia mayúscula a esos manganzones: Rezar cinco mil Padrenuestros, quinientas avemaríamachado, veinte mil “Yo pekador me confieso a Dios” y escribir en cien sendos cuadernos y por ambos lados de la cada página, la siguiente frase: ¡No lo vuelvo a hacer!
Y, una vez cumplidos los rezos y las planas, ponerse a hacer trabajo social, al menos barrer las calles de Caracas.

oceanoatlanticoguillermo@gmail.com


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Guillermo Guzmán


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