Primero Inmundicia es una franquicia del delito

La forma como dirigen y hacen “política” en Primero Inmundicia nos ha
hecho afirmar reiteradamente que más que un partido político, esa es una
organización mafiosa manejada bajo los principios con los cuales el
capitalismo opera las franquicias comerciales.

Primero Inmundicia tiene “un nicho de mercado” representado por el
antichavismo furioso e irracional. Esa es su fuerza comercial y ella le
permite negociar recursos económicos con quienes siempre manejaron el
país a su antojo desde adentro y desde afuera, y que por supuesto,
necesitan salir de Chávez y acabar con la Revolución Bolivariana.

Es que resulta un negocio redondo mostrarse como chavista y ser actor
principal en los ataques a la revolución. Eso garantiza un alto flujo de
dinero desde Gringolandia, España, Colombia y por supuesto, desde las
arcas de la oligarquía criolla. En definitiva, un super negocio para
quienes controlan la franquicia.

Sin embargo, dirá usted, eso nada tiene que ver con las franquicias y de
seguro estará pensando que deberíamos ser más claros… allí vamos.
Lo que ocurre es que para ser candidato a alcalde, concejal, diputado o
gobernador de Primero Inmundicia hay que pagar “una entrada” a los
capos.

Nadie puede contar con la imagen y el respaldo de la franquicia sin
bajarse de la mula. ¿Va entendiendo?

Al igual que ocurra con las franquicias hay que pagar un monto inicial,
pero el gran negocio se da a partir del momento en el cual tomo posesión
el “franquiciado”. El electo debe proveer fondos a la “casa matriz” (en
este caso los capos) a lo largo de la explotación del cargo.

Ser postulado a alcalde, por ejemplo, puede costar cientos de miles de
bolívares, dependiendo de la fuerza de la franquicia en el municipio.
Obviamente, el retorno de la “inversión” está garantizado y ya hemos
visto en diferentes oportunidades como y de donde vienen parte de los
recursos que garantizan la campaña y el retorno del pago inicial, más sus
intereses.

En Chacao, por ejemplo, el respaldo de la mafia puede llegar a costar
hasta un millón de bolívares fuertes, pero ser elegido, allí y en
cualquier parte, obliga a dar contratos y desviar recursos en favor de
los jefes de la “familia” o sus intermediarios, por cifras que dan
espanto.

¿Qué hay que robar para poder eso? Pues claro, ¿o es que usted cree que
se trata de una franquicia de hamburguesas?
No apreciado lector, estamos hablando de una franquicia del delito con
fachada de partido político

arellanoa@pdvsa.com


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Alexis Arellano


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