Las universidades nacionales: ¿Guarimas de toga y birrete?

“Initum sapientiae timor Domini: El inicio de la sabiduría es el temor a Dios”: Lema de la Universidad de Los Andes- Venezuela

“En la ULA Tachira a esta hora hay al menos 8 estudiantes heridos por protestar en contra de la violación a nuestra soberanía (tweet de MCM publicado el 11 de enero de 2013 en su cuenta @MariaCorinaYA)

Una de las noticias más destacas a nivel nacional del día de hoy, 13 de enero de 2013, ha sido el reporte de las manifestaciones violentas acaecidas en la ciudad de San Cristóbal en el estado Táchira en los últimos días. En declaraciones realizadas ante los medios de comunicación nacionales, su gobernador, José Gregorio Vielma Mora (http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=wjoV-e09JZA#!) acusa directamente a la Universidad de Los Andes-Núcleo Táchira (ULA) y a la Universidad Católica del Táchira (UCAT) de ser instituciones que han orquestado y financiado las acciones violentas que se han perpetrado en la capital del estado los días 11 y 12 de enero pasados, ello, a través del amparo y patrocinio de estudiantes que, manipulados o no, han fungido como “delincuentes a sueldo” al irrumpir en la tranquilidad de los ciudadanos que hacen vida en San Cristóbal y trasgredir las leyes mediante el asalto de la propiedad privada, quema de vehículos, manifestaciones violentas de calle y agresión con armas de fuego (es necesario referir que al respecto fueron incautadas un número importante de armas 9 milímetros que portaban estos bachilleres para legitimar su “desobediencia civil”) a miembros de la fuerza pública. En sus declaraciones, el gobernador Vielma Mora expresa frontalmente acusaciones en extremo graves como la injerencia de grupos paramilitares en estos intentos de desestabilización (recordemos que el estado Táchira es, junto con la ciudad de San Antonio del Táchira, la entrada a Colombia: país que ha garantizado la seguridad de sus ciudadanos a través de miles de asesinatos y exterminio, entre otros operadores,  gracias a los grupos paramilitares o de Autodefensa Colombiana).

También Vielma Mora aseguró tener pruebas audiovisuales del pago, en moneda extranjera, que hicieran profesores y autoridades a grupos de “estudiantes” violentos para que actuaran y salieran a calentar las calles. En estas acusaciones del gobernador del Táchira salen a flote hijos de diputados de oposición como actores que incitaron la violencia, también suenan los nombres del rector de la UCAT y de la máxima autoridad del núcleo ULA-Táchira como autores intelectuales o promotores de la violencia; de igual manera, se alude a oficiales de la Guardia Nacional heridos, al asalto de la Casa de la Familia Tachirense, sede donde funciona una organización pública cuyo fin es el de ayudar a familias desfavorecidas económicamente, así como a niños y madres maltratadas (http://fundacionfamilia.tachira.gob.ve/). Los cortes de calles y avenidas, así como la quema de centenares da cauchos también formaron parte del “menú del día” que mostraba Vielma Mora.

Al respecto, un diario de circulación nacional destacó en primera plana la frase emitida por el gobernador del Táchira: “Yo no debato con encapuchados, drogadictos ni borrachos” (http://www.el-nacional.com/regiones/Vielma-Mora-encapuchados-drogadictos-borrachos_0_116989647.html). Dicha frase, descontextualizada, hace pensar en una autoridad regional agresiva y sectaria que no le daría espacio interlocutivo a sujetos “al margen de la normalidad”. Esto es, a mi parecer, una manipulación velada que “vende” una noticia destacando la intolerancia de un gobernante regional del Oficialismo. Si uno lee la información completa y ubica en contexto esta frase, indudablemente que podría tomar para sí esta afirmación, pues estamos hablando de violentos que toman las calles, no de marginados por la sociedad por su condición de alcohólicos, drogadictos u ocultadores de su identidad por alguna razón política (en este punto habría que diferenciar a los miembros del Ejército Zapatista con el sub-comandante Marcos a la cabeza de los miembros del Ku Klux Clan, ambos, grupos armados que utilizaron la capucha como “identidad oculta” que defiende o defendía sus “legítimos derechos”).

Por su parte, y con el propósito de contrastar opiniones al respecto, es necesario referirnos a las declaraciones emitidas el día 11 de enero, a través del noticiero digital  NotiHoy por el bachiller Juan Requesens, Presidente de la Federación de Centros Universitario (FCU) de la Universidad Central de Venezuela (http://www.notitweets.com/notihoy/65-todo/64487-lideres-estudiantiles-anuncian-protestas-pacificas-para-este-viernes-.html), quien hacía uso de un medio de comunicación, visto por miles de usuarios de las redes sociales del país, para llamar a sus compañeros a salir a las calles de manera pacífica en defensa de la CRBV. Se ve que en Táchira su llamado fue altamente efectivo. En este punto cabría la interrogante: ¿los estudiantes universitarios que hicieron uso de la violencia en el Táchira entendieron mal, descubrieron el metamensaje insidioso del compañero de luchas Juan Requesens o le hicieron caso a sus autoridades, quienes, como personajes modélicos y ejemplos a seguir, les dictaron la cartilla?

Como profesora asociada de la Universidad de los Andes-Mérida y con unos cuantos años viviendo en esta “universidad con una ciudad por dentro” (palabras del escritor e insigne merideño Mariano Picón Salas) desde que llegué  de Caracas como estudiante de Letras y luego concursé como profesora en la institución donde he militado como representante estudiantil primero y como representante profesoral después, puedo afirmar sin recato alguno (porque ello lo he sostenido públicamente de manera sistemática a través de los foros en red de la ULA) que la Universidad de Los Andes, a través de grupos estudiantiles de derecha, de algunas autoridades y de centenares de profesores, se ha incitado a la violencia, tanto verbal como no verbal en contra de este Gobierno Nacional. Ello no sólo se ha materializado en la participación activa de grupos universitarios mixtos en el Golpe de Estado de 2002 contra Chávez, sino mediante el abuso de poder por parte de un Consejo Universitario que, violando flagrantemente la autonomía de cátedra, pisoteó el prestigio académico internacional del Departamento de Fisiología de la Facultad de Medicina, interviniendo de facto su normal desenvolvimiento. Bajo el amparo de la Autonomía Universitaria, muchas autoridades de universidades nacionales han hecho implosionar su propia institución, algo semejante a la libertad y autonomía que ostenta un suicida para arremeter contra su propia existencia. No hace falta salir a las calles en señal de desobediencia civil contra este gobierno. Para eso están algunos rectores que, desconociendo sentencias del TSJ, se niegan a conformar una comisión que elabore un reglamento electoral que se ajuste a los nuevos requerimientos de la LOE y que haga participar en sus elecciones de autoridades a todos los miembros que hacen vida en una universidad nacional autónoma: estudiantes, profesores, empleados, egresados y obreros. Es interesante como estos operadores político-académicos protestan la Democracia de un país y se niegan a ser democráticos en sus propias instituciones. Creo que el concepto de “desobediencia civil” no logra abarcar todo el accionar de estos nuevos rebeldes y “violentos demócratas”.

Noticia del diario digital 25segundos. Vielma Mora acusa al vicerrector de la ULA como uno de los responsables de los disturbios en Táchira: http://www.25segundos.com/?id=23581&ids=2&accion=deta

caracolablue@gmail.com

 



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Eva Flórez


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