Pobre
pobretón este, que cuando agarró esos tres paquetitos de bolívares no logró
contener la taquicardia que le arruinó la cara de póquer, viendo todo lo que
había soñado desde chiquito: un carrazo, un apartamentazo y un tronco ‘e
celular.
Pobre
pobretón este, que había querido coquetear con las filas del chavismo, con
aquello de la ley desarme, sin entender que en la política tu estás donde estás
hasta que te sales o hasta que te sacan, nunca te cambias.
Pobre
pobretón este, que creyó que después de haber trabajado tanto para las campañas
de los ricos, le tocaba a él una alcaldía buena, con bastantes reales de donde
sacar para comprarse su apartamento en mayami y para cambiarle la camioneta a
su señora.
Pobre
pobretón este: lo montaron en la olla. ¿El chavismo? No. ¡¡La que él
creía que
era su gente!! Porque ya ellos saben que no ganan estas elecciones, pero
ellos ya tienen su Alcalde de Petare y este no es el momento para estar
discutiendo por eso.
Pobre pobretón
este que no entendió nunca que los pobres no pueden llegar a ser ricos porque
los ricos entienden que ellos están completos. Los ricos necesitan sirvientes
no amigos. Y mucho menos amigos pobres.
Pobre
pobretón este sin conciencia de clase. Muchacho pa’ bobo que creyó de verdad
que la política es un juego y que si los pobres trabajamos verdaderamente duro
podemos llegar a tener lo mismo que tienen los ricos.
Todos los
manuales de guerra dicen que en estos momentos a ese tipo de gente se les aplasta la
cabeza. Pero la verdad es que lo que provoca es llamarlo para hacerse solidaria
con él, porque, pobrecito, lo montaron en la olla y rápido lo despellejaron.
Y yo si tengo
conciencia de clase. Y él,
aunque no lo crea y no le guste, lo que es, es pobre.
mohighpear@yahoo.com