Mentiras Previas

Las mentiras previas que se venden en campañas electorales en todo el mundo para captar votos son una práctica deshonesta que el electorado suele olvidar. Las consecuencias de no cumplir con lo ofrecido en las campañas no se suceden en vista de que el pueblo (hombre y mujer del común denominador) no considera viable los reclamos del engaño, ya que el político es un todopoderoso inmune ante las voces débiles de las masas humildes estafadas. Pasado el tiempo de aquellas promesas y vencido el período del cargo público para el que fuera elegido el funcionario, el pueblo suele olvidar la campaña anterior y pone su fe en mentiras más novedosas, más modernas y de actualidad con las necesidades del electorado y es entonces cuando vuelve a equivocarse.

Así llegó al gobierno español el señor Mariano Rajoy. Así gobernó 2 períodos Álvaro Uribe. Barack Obama no fue la excepción. El primero hizo todo lo contrario de lo que había ofrecido en su campaña electoral donde prometió no aumentar el IVA, no pedir auxilios financieros, negó perjudicar a los pensionados, ofreció más empleos y beneficios sociales. Ahora hay más desempleados, se recortaron los salarios, se suspendieron los subsidios de educación y salud para inmigrantes y el caos reina en el otrora imperio. Por su parte, los Colombianos esperaron 8 años el fin de la guerra y la conciliación de la paz ofrecida por Uribe en su primera campaña electoral (sin cumplirla) y repetida en la segunda también sin concretar. El presidente estadounidense se le venció su primer período sin haber cumplido las promesas que juró hace casi 4 años atrás. Dijo NO a las guerras y su premio Nobel de la Paz vislumbraba ese camino. Sin embargo, la historia de su gobierno en este aspecto ya es conocida. Los latinos aún esperan por sus reformas de inmigración y los enfermos por la de salud. Su promesa de cerrar para siempre la prisión de Guantánamo esperará para volverla a ofrecer en esta otra campaña electoral que ha empezado ya porque no la cumplió en este período.

En Venezuela las campañas electorales de los dos más prominentes candidatos ofrecen lo siguiente:

1) Hugo Chávez promete la continuidad de un proyecto en marcha. Es decir, mejorar y profundizar los logros de su período anterior mostrando al electorado hechos concretos, verídicos, tangibles y/o en ejecución que todos sus seguidores pueden constatar porque sus promesas electorales se fundamentan en promesas cumplidas. Este candidato no ofrece en su campaña nada nuevo, sino, mejoras de lo que ya ha cumplido; bienestar social, salud, educación, empleo, vivienda, dignificación del adulto mayor, infraestructura, modernización, acceso alimentario, mejoras salariales, internacionalización y comercialización de lo hecho en Venezuela, Etc. En resumidas cuentas, Chávez ha cumplido y no promete en su nueva campaña aspectos irrealizables o mentiras imposibles de cumplir. Era un político novato; ahora aprendió que el electorado que lo eligió no es pendejo. Todos saben que los derechos humanos alcanzados en su gobierno no son retrógrados ni abrogatorios porque fueron beneficios personalizados que ahora son derechos sociales.

2) Henrique Capriles promete maravillosos proyectos, los mismos que ofreciera Rajoy, Uribe y Obama. Todos de tinte neoliberal. Sus promesas se enmarcan en la misma nube gris de aquellos 3 políticos de otros lares, supeditado a las voluntades del mercado y el capital y no a la voluntad del pueblo ni de la suya propia. Su concepto de progreso dista de los beneficios sociales alcanzados en la última década porque dependen de el empresariado y los capitales de inversión extranjera. Ello implica que toda medida adoptada, debe ser consultada con los dueños de esos capitales, Banco Mundial, FMI y transnacionales y, en el peor de los casos, serán ellos y no el pueblo o Capriles quienes puedan tomar medidas. Un grueso del electorado, enmarcado en las fronteras del estado Miranda, olvidó sus promesas primeras (incumplidas) y se suman a la algarabía de la campaña esperanzados en que, ahora sí, el candidato cumplirá. Otros sectores a lo largo y ancho del país, no pueden medir su gestión por cuanto viven en otras jurisdicciones. Lo absolutamente cierto es que las promesas de Henrique Capriles, contrario al candidato Hugo Chávez, se basan en asuntos sin respaldo. Son promesas que no puede fundamentar en sus gestiones anteriores. Promete que hará lo imposible, mientras que no cumplió con lo posible. En sus discursos políticos ha ofrecido todo lo que el electorado quiere escucha y desea disfrutar; pero no explica cómo hará realidad sus promesas. No cuenta con antecedentes positivos que lo ayuden a remontar las estadísticas. Sin embargo, un grueso de electores sin memoria lo sigue.

Quienes voten por Hugo Chávez lo harán para preservar lo logros alcanzados, esperar la conclusión de los proyectos en marcha y mejorar su calidad de vida siempre supeditado al hecho real, tangible y concreto.

Quienes depositen su voto para favorecer a Henrique Capriles, tal vez, no estén votando por él, sino, contra Chávez que es, habidas cuentas, el producto elaborado de las grandes transnacionales de la comunicación que tienen el acceso limitado a dilapidar los recursos onerosos del país y por lo tanto, Chávez es un estorbo. Un monstruo que cumplió lo que ofreció en su campaña anterior contra un cordero lleno de incertidumbre, que no cuenta con antecedentes de proyectos viables y que es en sí mismo una lotería que compran muchos pero que la gana uno solo.

*Marino Mercante

@Reyescandanga


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