¡Amuay!... principio y fin de la oposición

Si la oprobiosa oposición pensó que la terrible tragedia que enlutó a los venezolanos creyentes y seguidores de la Revolución Bolivariana bajo el liderazgo del Comandante Presidente Hugo Rafael Chávez Frías, usar como trampolín para desestabilizar al país y lograr emponzoñar, una vez más, el odio que ellos destilan hacia este pueblo glorioso que el yugo lanzó para conquistar nuestra independencia en la gloriosa Batalla de Carabobo el 24 de junio de 1821 comandada por nuestro jefe máximo Simón Bolívar. Se equivocaron nuevamente porque aún hoy, esa vivencia de la independencia sigue viva.

Recordemos el golpe de estado de 2002, el paro petrolero, la huelga general que aún no ha finalizado, la matanza de Puente Llaguno, el vil asesinato del fiscal Danilo Anderson, los paramilitares colombianos escondidos en la finca Daktari ubicada en El Hatillo, propiedad del hermano de María Conchita Alonso, ambos perteneciente a la gusanera cubana “exiliada” en Florida, con el único fin de asesinar a Chávez y crear desestabilización en el país. La lista es larga de los ataques de venezolanos apátridas vendidos al gobierno de los Estados Unidos y a gobiernos europeos. Todas estas acciones nefastas que no fueron exitosas, ya que aún Chávez sigue en la conducción política, social y económica acertadas para Venezuela, forman una cadena de desaciertos creados por ellos con el único fin de aniquilar a la V República y a todo lo que ella representa. Este es el principio.

Amuay fue la ansiada espera de la oposición para tratar de subvertir el orden constitucional venezolano; esperaron pacientemente como la araña espera a su presa para atraparla y devorarla tranquilamente, o como decimos aquí, esperaron como caimanes en boca de caño el paso de cualquier suculenta presa para asestarle el golpe final. Su aniquilación para beneficio propio. Y no esperaron que las condiciones básicas en cualquier evento catastrófico como el de Amuay tomara un mínimo de tiempo, en éste caso, el de controlar el fuego para poder investigar sus causas y sus efectos, sino que inmediatamente al conocerse el incidente la oposición tomó las riendas de la situación y, de forma bastarda y sin ningún ápice de dolor, menos de consideración hacia los fallecidos y sus familiares, comenzaron a fabricar la brillante idea, para ellos, de la culpabilidad de los trabajadores y técnicos que laboran en dicha refinería por su ineficacia y falta de conocimientos para controlar en todas sus dimensiones la conducción de la refinería más grande del mundo. Y aquí, recordaron a los tecnócratas del petróleo que por faltar a sus respectivos puestos de trabajo cuando se inició la aún no finalizada huelga general fueron despedidos por ineptos y saboteadores.

Pero Chávez tomó el toro por los cuernos y desmanteló los planes de la oposición al presentarse y estar a pocos pasos del evento que aún humeaba a consecuencia de las devoradoras llamas que consumían los tres tanques llenos de gasolina y nafta catalítica. Y le habló al pueblo y a los familiares de los heridos y fallecidos con “Un dolor como una daga en el pecho” Así habló Chávez, y así lo digo parafraseando a Federico Nietzsche de su libro “Así habló Zaratrusta” Pero no todo quedó allí en palabras. Chávez creó un fondo de 100 millones de bolívares, administrados por Petróleos de Venezuela (Pdvsa) y la gobernación del estado Falcón para recuperar y sustituir las viviendas dañadas y para indemnizar a los familiares de las victimas.

Y mientras el gobierno se preocupaba y resolvía los problemas ocasionados por el trágico evento, la oposición no hacía más que criticar; en ningún momento ninguno de ellos se tomó la molestia de acercarse al lugar del siniestro. Así actúan, les importa un pepino lo que le suceda al pueblo, no les interesa conocer sus aflicciones; por eso da lástima ver cómo algunos de ellos creen en sus falsas promesas y los siguen directo al matadero. Pero el 7-O será el último chance de éstos apátridas, quedarán sepultados políticamente y escríbanlo… MÁS NUNCA VOLVERAN. Ese día será el final de todo lo que ellos representan; la destrucción de la República Bolivariana de Venezuela.

Gustavo Martorano
gamartorano@gmail.com

Caracas 05 de septiembre de2012


Esta nota ha sido leída aproximadamente 1187 veces.



Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter