Azimut revolucionario

Desespero electorero

En un ambiente pre electoral, la política del país se caldea y comienzan quienes arrancan con su desespero electorero. Comienzan en sus típicas campañas de caminatas falsas por los barrios, de besitos asqueados a viejitos y niños, de promesas que jamás cumplirán, de condenas hipócritas a privatizaciones y de cuestionamientos a una gestión que por mucho ha superado la que en cuarenta años de cuarta republicanismo nos dejó de herencia la nefasta generación de políticos arcaicos que todavía envían a sus pupilos a pelear no por ideales ni por la construcción de una mejor patria, sino para recuperar lo que le llaman ellos “el coroto”. Da risa ver como personajes como Petkoff y Eduardo Fernández hablan de que la revolución con poco más de una década es suficiente para reconstruir el desastre que ellos dejaron… luego que dejaron al pueblo sin prestaciones, sin CANTV, sin petróleo, sin servicios públicos y sin ninguna esperanza de crecimiento. Da risa escucharlos decir que mantendrán las misiones, que no habrá privatizaciones y que gobernarán para todos, cuando todo el pueblo sabe que en su agenda imperial todas las empresas del estado, los servicios públicos y hasta la petrolera tienen sus dueños esperando esa victoria allá en el norte.

En esta época de confrontación electoral y que muchos de estos personajes tratan de hacerla electorera, los revolucionarios debemos mantenernos en pie de lucha, sin descanso en el trabajo diario y activos en la disposición de transmitir a las comunidades y en los círculos de discusión cotidiano los logros y conquistas que hemos alcanzado a través de estos últimos años y que se perderían de llegar a ganar otra opción. Aún más preocupante es el desespero que se genera en las filas opositoras al ver que su candidato no terminar de cuajar lo que hace que más de un iluso logre verle lógica a la salida extra constitucional de la violencia. Debemos estar muy atentos. Sus mismos medios, reflejan el rechazo contundente de la población a esta ficha de la vieja política camuflado en la aparente juventud de una alternativa engañosa y ambigua.

El legado del chavismo no solamente se remite al liderazgo de su líder, sino también a todas las ejecuciones que durante estos años como hombres revolucionarios hemos protagonizado pues sabemos que solo así lograremos consolidar esta nación y dignificar a un pueblo que ya está cansado de esperar.

Hasta la victoria siempre… VIVIREMOS Y VENCEREMOS.


artefactoca@gmail.com


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Luis Jonás Reyes Flores


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