En Polar recorren el camino de aquellos meritócratas de PDVSA

Esta semana recibimos una nota de alguien a quien queremos mucho, pero
que desafortunadamente no está en capacidad ni disposición para ver una
realidad diferente a la que muestran en Globovisión.

La nota decía: “En estos momentos una banda de Guardias nacionales llega
a los depósitos de Empresas Polar para saquearlos, por favor difundan la
noticia. Que el país entero se entere del robo”.

Más tarde, la misma persona, escribió un mensaje en su Black Berry, que
en referencia al mismo tema decía: “Así se construye un país,
persiguiendo a los empresarios productivos “

Luego, en referencia a las acciones de calle tomadas por los empleados de
la empresa Polar, escribió un nuevo mensaje que decía: “Trabajadores de
Venezuela no defiendan sus puestos de trabajo, el gobierno los mantiene”

Como esas notas circulan miles en la internet y no se trata de
coincidencias ni de estrategias comunicadas a cada uno de los creativos
mensajeros. Se trata de las consecuencias de la disociación psicótica que
mantiene enferma el alma de millones de venezolanos, que ven en cada
acción del gobierno una amenaza y en cada acción de la oposición un acto
heroico. Ni un centímetro más allá pueden ver y su investigación no pasa
de buscar información en El Nacional o en El Universal.

¿De dónde cree usted que la persona de los mensajes ha sacado esa
afinidad con Polar? ¿Por qué esa solidaridad automática, sin investigar
las causas que motivaron algunas acciones?

Se trata de un estado psicótico inducido que les ha creado un mundo
irreal, en el cual la solidaridad automática y el respaldo a un opositor
es un valor, independientemente de que se respalde a un delincuente o a
un criminal.

La ética escuálida (si a eso se puede llamar ética) exige respaldar, y
hasta llorar, por cualquier delincuente si este se declara enemigo o
perseguido por el gobierno de Hugo Chávez.

Para ellos las acusaciones de las víctimas de los policías que asesinaron
a ciudadanos inocentes el 11 de abril en medio de un golpe de Estado,
carecen de veracidad porque los delincuentes son opositores.

Que una dama acuse a Nixon Moreno de golpearla y de intentar violarla, no
puede ser cierto. Tiene más valor lo que dice el violador porque es
dirigente del escualidismo.

Manuel Rosales no pueda justificar su fortuna con el sueldo de
funcionario público, pero eso no lo convierte en delincuente, sino en
perseguido político.

El gobierno jamás tendrá razón, ni buenas intenciones. Todo es una
manipulación.

Ninguno es capaz de preguntarse de dónde sacó dinero manuelito para
comprar una mansión en la zona más lujosa de Lima y para formar una
empresa tan poderosa que ya obtuvo la concesión del aseo urbano en la
capital del Perú.

¿Se puede hacer eso sin haberse robado una fortuna?

Ahora bien, retomando el tema de la Polar, vale la pena observar como a
la campaña de defensa y solidaridad con la marca del oso, se suman,
además de miles de venezolanos como la autora de los mensajes ya
mencionados, los empleados de la empresa.

Todo nos hace recordar aquella actitud de unos empleados petroleros, que
con el apoyo de “los verdaderos demócratas del país”, asumieron la tarea
de derrocar el gobierno con la fuerza de la razón que les daba el manejar
la empresa más poderosa del país.

Ojalá no se equivoquen, porque lo cierto es que los dueños de Polar
forman parte de un plan que tiene el mismo objetivo de aquel sabotaje
petrolero: vencer la conciencia del pueblo y romper los lazos que lo atan
al gobierno y al Presidente, mediante el hambre.

Ahora, si se equivocan y continúan por el camino que ya recorrieron tras
sus jefes, aquellos meritócratas de PDVSA; habrá que expropiar la empresa
con todo y oso.

arellanoa@pdvsa.com


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Alexis Arellano


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