La sombra de Chávez

Tanto los amos del mundo, como sus adictos políticos de Occidente, intentan lavar sus imágenes antidemocráticas, bélicas y codiciosas en los enrevesados rodillos comunicacionales del poder. Sin embargo, su perverso actuar es tan notorio que, cada vez, se hace más dificultoso maquillar su horrible rostro y sus esperpénticas alegaciones. No pocas personas han tenido que dejar sus vidas, que no sus sueños, para que esa horrenda fisonomía genocida, etnocida y ecocida sea descubierta al resto del mundo, sobre todo, los miles de mártires latinoamericanos que, abnegadamente, iniciaron su admirable enfrentamiento contra la “bestia”.

Su prepotente poderío les conduce a creer que, sus falseadas imágenes, perdurarán en el tiempo para que sus herederos y correligionarios continúen gobernando al mundo. Pero la decadencia hegemónica de este imperio, enemigo del Planeta, es notoria y perceptible, incluso por los que lo mantienen. Sus perturbados desmanes, ridículos argumentos y degeneradas autoagresiones les conducen al suicidio, pero lo prefieren al Cambio.

Es incontenible la reconstrucción de un mundo pluripolar-sueño de Chávez-, ya no sólo por el auge de los Brics, la alternativa latinoamericana, o el avance comercial de China, a través de la recién iniciada “Ruta de la Seda” y la incorporación al gran Banco asiático para inversión en infraestructuras (AIIB)- que supone una bofetada al corazón del Sistema de Bretton Wood-, por parte del Reino Unido y Australia- de espaldas a Estados Unidos- y en breve, Rusia, Alemania, Francia, Italia, Suiza y Luxemburgo, además de otros 27 paises, la mayoría de la región Asia-Pacífico, posibilitando todas estas acciones un mayor encuentro entre la Unión Europea y Rusia, o por la entrada de China como socio oficial del CeBIT 2015, donde Merkel ha propiciado su incorporación y acuerdos futuros en materia de tecnologías complejas, sino, y, sobre todo, porque todas estas estrategias económicas y geopolíticas demuestran que el sistema hegemónico de conducción unipolar, comandado por Estados Unidos, basado en el lucro de unos pocos a costa de las miserias de otros muchos, los conflictos armados, el deterioro medioambiental y la pérdida de valores democráticos, está girando, irremisiblemente y gracias al eje de los Brics, hacia el horizonte de unas relaciones más humanitarias, pacíficas y respetuosas.

Ya presagiaba Hugo Chávez: “El Neoliberalismo es el camino al infierno”. Él sabía muy bien que este capitalismo patriarcal, generador de una crisis civilizatoria, estaba acabado, pero alguien tenía que iniciar la confrontación. Nunca dudó en tomar esa pesada cruz.

El mantenimiento de este cruel sistema, aún con el poder mediático, económico y militar necesita, cada vez más, del uso de la violencia, la promulgación de leyes represoras contra los pueblos (ley “antiterrorista” en EE.UU y de “Seguridad ciudadana” –mordaza-, en España), la articulación de infundios mediáticos y el uso de las arbitrarias sanciones para intentar, desesperadamente, frenar un cambio que ya es imparable. Y es que desean morir matando.

Estos momentáneos amos del mundo creían que, sirviéndose de la vieja y brutal usanza, podrían invadir una digna, organizada y concienciada Venezuela que, posteriormente, aprovecharían como cabeza de puente para finiquitar con el insolente Proyecto latinoamericano. Pero su soberbia, amalgamada con los torpes cálculos de un demente, no contempló la adultez y unión de Latinoamérica, los fornidos primos que la apoyan, la connivencia de los 77 hermanos que sufren los mismos desdenes y que la extensa sombra de Hugo Chávez, su pesadilla, es imbombardeable. ¿Acaso un cáncer puede matar al alma? ¡Qué sabrán ellos, poderosos en balas y maldad, y pobres en amor y paz, de la inmensa fortaleza de un pueblo con alma humana! La bestia, enloquecida, y a sabiendas de que el tiempo juega en su contra, ahora arremete subrepticiamente contra toda la Latinoamérica no genuflexa a sus intereses: Brasil, Argentina, Ecuador…Son los coletazos de un moribundo al que se le acaba el tiempo. Solo es cuestión de resistencia y unión.

Hugo Chávez tuvo que soportar estoicamente, una y otra vez, los perversos envites del imperialismo neoliberal, pero nunca pudieron con él, a pesar de que se esforzaran por desfigurar su verdadero rostro, desestabilizar el notable progreso de Venezuela, con el objeto de conseguir enfrentarlo con su pueblo y eliminar tan esperanzadora alternativa mundial, y los continuos golpes de Estado, francos o solapados, que tuvo que sobrellevar. A pesar de todo lo anterior, Venezuela, creció social y democráticamente, todo lo contrario que Occidente, y continúa siendo un referente mundial.

La imagen de Hugo Chávez, cada vez más recompuesta, va inundando los senderos mundiales de la esperanza de que otro mundo mejor es posible, e iluminando los caminos de ese universo pluripolar. No ha existido un solo pueblo que no haya alzado en estos dias, con mayor o menor intensidad, su grito a favor y en defensa de la digna Venezuela. El perverso actuar neoliberal, una vez más, se ha vuelto en su contra. La “bestia”, aislada y enrabietada, no encuentra explicaciones a como la sombra del eterno Hugo Chávez continua, aún con más fuerza, acorralándola y hundiéndola en sus propias miserias. Y es que, como decía Chávez: “Dios es la voz del pueblo”. Y no sus mentirosos altavoces, como creen ellos.

*Comité Oscar Romero de Cádiz. España

 

pcastilla_m@yahoo.es



Esta nota ha sido leída aproximadamente 1794 veces.



Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter