Llegó la hora de hacer más y criticar menos

Hace días escuchaba al Presidente de la República hablar sobre el daño terrible que nos sigue haciendo el rentismo petrolero. Esto debido a que hace meses Estados Unidos decidió golpear las economías de países que considera enemigos (Rusia, Irán y Venezuela), incidiendo en el mercado petrolero de manera tal, que ha provocado un descalabro en los precios, ocasionando distorsiones profundas en estas economías, sobre todo en la Venezolana.

¿Pero que es rentismo Petrolero?. Parafraseando a Uslar Pietri, podemos decir que es un tipo de economía que subsiste como el parásito, a expensas de la explotación y venta de un recurso primario. En nuestro caso es el petróleo. Desaprovechándose todas las demás capacidades y potencialidades de la Nación. Donde la productividad, la generación de conocimientos y la tecnología, no consiguen empatía con el pueblo y los emprendimientos tienden a no concretarse y mucho menos a consolidarse.

En estos quince años de Revolución, se han realizado múltiples intentos por industrializar el país. Durante el gobierno de Hugo Chávez, se destinó incalculables sumas de dinero, para superar la dependencia exclusiva al petróleo. Son cuantiosos los montos entregados por los entes crediticios del Estado, para el logro de este objetivo. Pero pareciera que no basta con planes y recursos. Hace falta la gente que ame a este país y se disponga a hacerlo grande. ¿A cuantos Venezolanos se les ha entregado grandes cantidades de recursos y simplemente no se ha trascendido? ¿Cuanto dinero destinado a la generación de riquezas agrícolas, irresponsablemente es convertido en moto, carro u otro bien? Llego el momento de identificar cuales son nuestras debilidades como sociedad y asumir con responsabilidad y verdadero amor patrio, las transformaciones que requiere nuestro país. Dejar atrás el efecto de los vaivenes del precio del petróleo. Fortalecer una economía productiva que permita el desarrollo y la independencia del país. Ya es momento de trascender lo que Uslar Pietri llamo la sociedad improductiva y ociosa, dar al traste de manera definitiva con esta “cultura parasitaria” que impide apuntalarnos como nación.

Aunque parezca increíble, el 97% de las divisas que ingresan al país, las produce el negocio estatal del petróleo. Solo el otro 3% es generado por las restantes actividades económicas. Esto debido a que les resulta más cómodo y lucrativo a nuestros empresarios (mayoría contrarrevolucionaria) comprarle dólares baratos al Estado y traer ellos, lo que va a vender aquí, de la manera como lo hacen. La gran mayoría de nuestras zonas industriales, fueron convertidas en depósitos y comercios. Desestimándose la generación de riquezas Nacionales, que únicamente la puede originar la confección, la fabricación y la producción.

Esa cultura del cuanto hay pa’ eso hay que penalizarla. Esas riquezas que son generadas de manera rápida, fraudulenta e ilegal, debe ser confiscada. Ya es hora de que rompamos con esos parámetros negativos, que desestimulan el empleo productivo y por el contrario convocan a la búsqueda del dinero fácil, especulativo, ilegal. No puede seguir ocurriendo que en nuestros barrios, sea icono quien tiene platica, sin importar como la obtuvo. Debemos revalorizar el valor del trabajo en la sociedad. Además hay que dejar a un lado, las afirmaciones y los discursos que justifican la trampa, la flojera. Como cuando dicen que somos hijos de lo peor de España o hijos de aborígenes que no tenían neveras o silos para guardar alimentos. Este pueblo es hijo de Bolívar, de Sucre, de hombres que marcaron la historia del mundo. Con gestas no superadas por ninguno de los grandes hombre que han pisado esta tierra. Urge que insistamos en la educación, en la “sanción” como herramienta educativa y forjadora de hombres. Dice la Biblia: El que detiene el castigo, a su hijo aborrece; Más el que lo ama, desde temprano lo corrige. (Proverbios 13.24). Además dice en génesis: ¡Comerás el pan, con el sudor de tu frente!

Es bueno que leamos este texto que tomé por allí prestado: “El ingreso petrolero genera en Venezuela un PIB per cápita de cerca de $13.000, los habitantes del estado petrolero de Texas, por ejemplo, con una población similar a la nuestra, gozan de una economía de mercado diversificada, en la que el petróleo representa solo 5% del PIB, pero genera un PIB per cápita más de 3,5 veces superior al modelo rentista de nuestro país, es decir, cerca de $46.000.

Urge que diversifiquemos profundamente nuestra economía. Y este es el momento apropiado, los momentos difíciles no son para morirnos, son para crecer. No debemos temerle a las crisis, debemos resistirla, cabalgar en ella. Aprovechemos esta etapa para aprender, para forjarnos, porque el hierro se forja es a grandes temperaturas.


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Pedro Figueroa


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