Aunque hay infinidad de logros tangibles en el área cultural, el Gobierno Bolivariano no ha conceptualizado ni ha activado, una simbología revolucionaria como Política de Estado. Todo ha sido al fragor de la dinámica de los años, sin aparente planificación razonada para los lustros que hemos vivido y los que vendrán. Las desvinculaciones interministeriales, a saber: entre Cultura con el Ministerio de Comunicación e Información, el de Relaciones Exteriores, así como como con el de Educación y el de Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología; por ejemplo, son imperdonables, cuestionables y autocríticamente, impostergables.
Existen experiencias (Editorial El Perro y La Rana; CENDIS; Cada día un libro; Filven, Fimven; entre muchas otras), que visibilizan buena parte de esfuerzos culturales positivos; pero el negocio del faranduleo en paralelo - con tienda aparte y mucho más peso -, debe tener intereses y operadores inconfesables e intocables. Eso sin nombrar las "roscas" de los sin talento, que cobran en moneda extranjera y quienes se sirven constantemente de algunos "contactos" porque viven en Caracas, para hacer carrera y eclipsar la fortaleza cultural de las provincias, las que casi nunca son convocadas a representar el país, por un asunto de "distancia" y de "no hay recursos". Algo muy extraño ocurre con la aplicación del concepto de "inclusión" por allá trocando el arte por el basuraje. La situación de El Sistema con enfoque eurocéntrico por su parte, debe ser revisada, para adecuarlo a las necesidades pertinentes del país.
La farándula hay que recalcarlo, es un ápice de la industria cultural capitalista y un tumor cancerígeno que aparece con recurrencia y protagonismo, en esta propuesta liberadora socialista. "No se puede construir el Socialismo con las armas melladas del capitalismo" (El Socialismo y el hombre en Cuba / 1965 / Ernesto "Ché" Guevara). Nos llenamos la boca con los pensamientos del Ché en alocuciones, pero obramos contrariamente a lo que se profesa en esas determinantes frases. Hay medios de comunicación subutilizados (Radio y Televisión), intentando ligar la "gimnasia con la magnesia", el "agua con el aceite", "el socialismo con el capitalismo", "la farándula con el arte", la "Salsa con la mermelada". El resultado, un coctel que indigesta al estómago más tolerante. Es la crónica de "una muerte anunciada" en el plano simbólico, lo cual retardará aún más el triunfo contundente de la Revolución Bolivariana.
El Gobierno yerra una y otra vez, hasta con alcaldes y gobernadores desarraigados –algunos muy mediocres-, invirtiendo divisas en "la industria cultural" alienante "habiendo escasez" de las mismas, mientras a contrapelo se habla hasta el hartazgo de la "Guerra Económica", de la "Guerra No Convencional" o de "4ta. Generacion" sin releer nunca la estrategia esencial de estupidización y enajenación global del "Arte de la inteligencia" de Allen W. Dulles traducido por el periodista argentino Rodolfo Walsh: http://www.aporrea.org/tiburon/a91019.html para entender el culturicidio del que somos víctimas y hasta victimarios, como lo han sido, por omisión y permisividad, otras naciones. Para ejemplo del pasticho indigerible, la tarima de estiércol farandulero en el MNOAL.
El solo hecho que artistoides basura, de la radiobasura y la telebasura fuesen invitados al MNOAL, contradice el precepto esencial de "NO ESTAR ALINEADOS". Todo, sin enunciar la pululante "estafa llanera" que no se parece por ningún lado a "El Carrao de Palmarito", a Luis Losada "El Cubiro", a Ignacio "El Indio" Figueredo, a Angel Custodio Loyola, a Eladio Tarife, a Adilia Castillo, a Eneas Perdomo, a Anselmo López, al Catire Carpio, a Augusto Bracca y pare usted de contar.
Aunque hubo una gran victoria política de Venezuela en el MNOAL, en lo cultural le cayó "estiércol al ventilador". Porque hay genios asesores, negociantes a todas luces, que sugieren y suponen que la revolución tiene que bailar y saltar siempre ("Agitación política"). No debe pensar ni tomarse el tiempo para reflexionar. Para eso es embutida de reguetón hueco, bachatas desfiguradas, merenguitos romanticones, brincos y tarimas con muchas luces, ruido y humo. Y bueno, generan "taaaaaantos votos", que no se han dado cuenta de la pérdida de fuerza en los últimos procesos eleccionarios por esa errática estrategia de "Marketing Político" garante del fracaso.
"Sin embargo, el Estado se equivoca a veces. Cuando una de esas equivocaciones se produce, se nota una disminución del entusiasmo colectivo por efectos de una disminución cuantitativa de cada uno de los elementos que la forman, y el trabajo se paraliza hasta quedar reducido a magnitudes insignificantes; es el instante de rectificar" (El Socialismo y el hombre en Cuba / 1965 / Ernesto "Ché" Guevara). La historia está escrita hasta con sus errores, para no repetirlos; y en el peor de los casos, enmendarlos. La improvisación es el recurso que emplea el experto para salir adelante ante lo no planificado, pero eso no puede ser el signo de la política de Estado. Urge salir de la fase de Sábado Sensacional que se ha instaurado perniciosamente como la hiedra, hacia una verdadera política cultural integral que se parezca realmente a Venezuela, a eso que también nos enseñó Chávez, a ser venezolanos en Venezuela y el mundo. No se puede ser Gobierno y tener que seguir luchando "en la clandestinidad" por algo que debe ser "de cajón".
Periodista - Cantor
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