22-11-16.-En la época decembrina es habitual el arribo a la sala de emergencia de la Ciudad Hospitalaria Dr. Enrique Tejera de Valencia de pacientes con severos cuadros clínicos producto de la ingesta de licores adulterados.
Las autoridades invierten ingentes cantidades de insumos médicos para desintoxicar a los incautos que decidieron adquirir una económica botella de whisky “puyao”. Los pacientes refieren extremos dolores de cabeza, vómitos, diarrea, sordera e incluso la pérdida temporal de la visión.
Funcionarios de la Policía de Carabobo y de la Guardia Nacional insisten en poner a su disposición sus teléfonos para procesar las denuncias que comprometen a los adulteradores.
Sin embargo, los uniformados realizan constantes recomendaciones a los ciudadanos para que eviten arruinar sus vacaciones decembrinas. Refieren que algunos ingenuos pretenden hacerse de verdaderas “gangas” aunque pongan en riesgo su salud y la de sus familiares.
El primer consejo señala que cuando se vaya a comprar una botella de aguardiente se debe identificar que las etiquetas y precintos de seguridad estén bien adheridos al frasco. También hay que considerar que carezcan rasgaduras. Ello indica que inescrupulosos han sido modificadas las características fisicoquímicas del producto.
Otra recomendación señala que un licor “puyao” suele dejar una atípica sensación de quemadura en la boca. El bajo costo también delata al adulterador aunque invente numerosos cuentos.
Las autoridades aclaran que algunas mafias se dedican a falsificar licores. Esta última modalidad consiste en engañar al comprador a través de la modificación de la apariencia. Es decir, venden una imitación. La “caña” se debe adquirir en un establecimiento formal y no en tugurios clandestinos, insisten las autoridades.