Saboteo económico, especulación, inflación, guiso….o todos combinados

Para los venezolanos y venezolanas que salimos regularmente a visitar y tratar de adquirir productos de usos diversos en los mercados municipales abiertos y techados, automercados, pequeños abastos, charcuterías, carnicerías, pescaderías, bodegas y los crecientes puestos ambulantes que inundan nuestras localidades, resulta sorprendente y desagradable la facilidad con la cual se incrementan los precios de los más diversos productos. Cuando se lee textos de Economía y temas específicos de Economía Política y de Microeconomía, no es posible ubicar el comportamiento de los precios de los bienes y el valor de la moneda nacional venezolana (Bolívar con respecto al Dólar y Euro por ejemplo) en una racionalidad económica del Capitalismo Neoliberal, y menos aún en el marco de un Capitalismo más defensor del Estado de Bienestar y por tanto con mayor cercanía a las tesis y políticas económicas que defienden especialistas como Joseph Stigliz, Ha-Joon Chang, Varufakis, y otros reconocidos estudiosos de esta importante área de la POLITICA y de la vida diaria.

En esta oportunidad quiero aprovechar mi condición de ciudadano venezolano, profesional jubilado de la administración pública y activista desde muy joven en movimientos políticos que luchan por la construcción de una sociedad venezolana transversalmente incluyente en lo étnico y social, defensora del Proyecto Nacional Independentista, anti-imperialista, promotora de una participación popular verdadera, partidaria de la integración hermanada con los pueblos de América Latina, el Caribe, Africa, América, Europa y el Mundo en general y orientada a reducir con firmeza y progresividad la característica fundamental de nuestra cultura (hábitos y costumbres) minera y en consecuencia rentista petrolera.

El tema específico que me llama la atención en esta ocasión, es los precios de ciertos productos importados que están siendo comercializados en las grandes cadenas de automercados establecidas en el país, así como licorerías y otras tiendas que expenden legalmente estos productos. Nos referimos a las peras y manzanas importadas desde Chile, las cuales están siendo ofrecidas al público o consumidor al precio de Bs 4.700 y 5.000 cada kilo.

Actualmente el kilo de manzanas y peras al detal se vende en las tiendas de alimentos de Chile a un precio que oscila entre 750 $ y 800 $ pesos chilenos, Mientras que al mayoreo se venden a un precio por debajo de 700 $ pesos chilenos La equivalencia entre el dólar y el peso chileno actualmente es de 662 pesos por cada dólar, es decir que cada kilo de peras y manzanas tiene un precio de compra original de UN DÓLAR CON DIEZ O CON VEINTE CENTAVOS y lo venden en Venezuela a un precio de CUATRO DOLARES CON CINCUENTA (si usamos el marcador del dólar PASTRANA O TODAY) porque si lo compran con dólares DICOM, quiere decir que lo están vendiendo a más de SIETE DOLARES por kilo.

En el caso de los vinos chilenos y argentinos, tanto tintos como blancos que ofrecen las tiendas y licorerías venezolanas, que se venden al detal en Chile y Argentina a un precio que oscila entre 3 y 4 dólares (usando la paridad cambiaria de 662 $ chilenos por Dólar y 15 $ argentinos por Dólar) por acá los ofrecen a un precio que oscila entre Bs 9.000 (“en oferta”) y Bs. 18.000. Al realizar la conversión cambiaria de Bolívares a Dólares DICOM tenemos precios entre 14 y 27 $ Dólares y cuando se utiliza el marcador irregular de PASTRANA O CUCUTA esto significa que el precio en bolívares tiene una expresión en dólares de 8 $ y 16 $ Dólares por cada botella de 750 mililitros.

Otro caso que merece ser comentado es el que se refiere a la importación de Aceites de Oliva Virgen Extra (obtenidos de la primera prensada en frío y mayoritariamente por procedimientos de centrífugas) de España. En las regiones del Sur de España, donde se concentran la mayoría de los sembradíos de Olivares y las empresas procesadoras de las aceitunas, así como en la propia capital Madrileña y en toda España, se consiguen las más variadas marcas de estos aceites a precios al detalle que oscilan entre 3 y 6 EUROS por LITRO. Cuando se compran grandes cantidades para ser exportados a nuestros países, los precios por cada litro bajan considerablemente. Sin embargo, los precios con los cuales son comercializados al público o consumidor en Venezuela se ubican entre Bs 12.000 la botella de 750 ml y 15.000 la del litro. Al realizar las respectivas conversiones de los Euros DICOM de la compra en España con los bolívares el precio de compra en bolívares sería alrededor de Bs 4.000 y en el caso de ser comprados por los importadores con DOLARES PASTRANA O CUCUTA se ubicaría el precio de compra alrededor de Bs. 5.500 por cada litro.

Al cargarles los gastos de flete o transporte internacional y los pagos nacionales (venezolanos) por la nacionalización de la mercancía y utilización de las instalaciones portuarias, así como una ganancia necesaria y propia de la actividad comercial, no es posible que estas mercancías importadas y muchas otras, sean impactadas en unos incrementos de 250 y 300 % sobre su valor de compra en el exterior. Es por ello que en el título del artículo nos referimos a la existencia de acciones de saboteo económico contra la estabilidad del país y la tranquilidad emocional de su habitantes, a través de un intenso y sostenido proceso de especulación orquestada desde diversos escenarios de la economía que de manera clara y contundente repercute sobre los altos índices de inflación y devaluación que nos devora como sanguijuelas o pirañas los ingresos de los sueldos, salarios, pensiones y cualquier ingreso económico normal. Esto es una verdad irrefutable y sentida diariamente cuando asistimos a cualquier tienda o local comercial.

PERO, el funcionamiento de esta acción tan perversa y con un efectivo engranaje y combinación entre lo privado y lo público, sin obstáculos institucionales para adquirir los diversos permisos de importación, adjudicación de divisas DICOM, nacionalización y supervisión rápida y amigable de la carga en los puertos y finalmente para que los comerciantes vendan estos productos importados a estos precios exageradamente especulativos, es indispensable la existencia del popularmente conocido GUISO o como lo llaman desde hace muchas décadas en México “la mordida” que se denunciaba a través de las películas de Cantinflas, es decir la participación cómplice de funcionarios públicos ubicados en Altos/Medios e Importantes Cargos relacionados con la permisología importadora, adjudicación de créditos públicos, asignación de divisas públicas, supervisión y nacionalización de las mercancías y finalmente quienes tienen la responsabilidad de SUPERVISAR los precios de los productos que venden las empresas legalmente registradas ante los organismos del Gobierno y el Estado Venezolano.

El Estado y el Gobierno en sus más diversas expresiones Constitucionales y por tanto Legales debe asumir y cumplir su responsabilidad pública de proteger a la mayoría de venezolanos y venezolanas atacados diariamente por esta Red de Importadores y Comercializadores de productos legalmente importados.

*Historiador – Profesor UCV.


germilio.yeco@gmail.com


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