Las claves del PAC: entre el combate y la rendición

La ampliación de la distribución de bienes esenciales importados desde Colombia (fundamentalmente, aunque también hay de Brasil) a partir de este fin de semana con la activación del llamado Plan de Abastecimiento Complementario (PAC) por parte delGobierno del Distrito Capital, ha abierto el debate sobre las opciones que se tienen para enfrentar la ofensiva económica.

Sin duda el punto focal sigue siendo el efecto que una medida como esa provoca en el comportamiento de los precios y en especial en el de la moneda a través de la cotización de las divisas en los distintos mercados.

Estas son algunos elementos claves a considerar:

  1. La decisión plantea la disyuntiva de mantener el combate por aumentar la producción y hacer más eficaz y justa la distribución o ceder ante la lógica indoblegable del capital que exige liberación de precios y desregulación en la circulación de mercancías.
  2. Desde hace poco más de dos años (y hasta hace unas semanas) la opción del gobierno bolivariano apuntó a señalar como responsable del desabastecimiento y la escasez a las prácticas logísticas y comerciales de las corporaciones que ensamblan y empacan bienes de consumo masivo en el país. De allí que las acciones operativas se orientaron a impedir el acaparamiento, el contrabando, la simplificación de la producción y las prácticas que afectaban el libre acceso a todos los productos y en especial los de la cesta básica.Finalmente se avanzó con la incorporación del pueblo organizado a través de los CLAPS en sus versiones territorial y laboral. Esas acciones comenzaron a mostrar resultados favorables en estos últimos dos meses, al punto que más de la mitad de la población manifestaba haber recibido productos básicos con ese mecanismo.
  3. Cabe destacar que junto con esas acciones, que tuvieron su consolidación con la puesta en marcha de la Gran Misión Abastecimiento Solidario (GMAS), el gobierno revolucionario no tuvo impedimento para tomar medidas que impulsaran la producción desde sectores empresariales, lo que incluyó ajustes de precios y tarifas en aquellos bienes regulados. No podría acusarse al gobierno en estos últimos 5 meses de haber actuado con un espíritu regulador ni restrictivo de la iniciativa empresarial.
  4. En estos últimos tres meses (al menos) comenzó a registrarse una desaceleración del aumento de los precios, posiblemente derivado de la caída del consumo en alguna medida pero también como consecuencia del alcance que comenzó a tener la GMAS, el funcionamiento de los CLAPS y la incorporación de nuevos rubros y de mecanismos alternativos de distribución como mercados de calle. En las últimas dos semanas incluso hubo un retroceso de los precios en productos como salsa de tomate, sardinas en latas y chocolates (verificado empíricamente).
  5. La ampliación de mecanismos como el PAC hasta ahora se ha traducido en un salto de los precios del mercado ilegal de "bachaqueo" pues el piso termina siendo el precio más alto de los rubros importados de Colombia y Brasil. Así, por ejemplo, la pasta regulada comenzó a venderse sobre los 5 mil bolívares el kilo, lo que se corresponde con el precio del mismo producto importado con ese mecanismo. Es decir, el precio PAC se convierte, inevitablemente, en la referencia de toda la estructura de precios en el mercado ilegal.
  6. Siendo esto así, la ampliación del PAC va a hacer estallar literalmente todo el esfuerzo del Estado, a través de la Sundde, para controlar los precios. Ni siquiera se trata de que sea ilegal, al menos con respecto a los rubros regulados, sino que terminaría siendo un sin sentido en términos transaccionales.
  7. En términos de cantidades y de puntos de distribución resulta poco probable que se pueda saturar el mercado al punto de asegurar su abastecimiento. En el caso de Caracas se han anunciado sólo siete puntos que carecen de logística comercial para atender una inevitable alta demanda: no son supermercado y ni siquiera pueden recibir otros medios de pagos distintos al efectivo. Es decir, su peso real en el mercado es mínimo, pero será determinante (por tratarse de una actuación no sólo permitida sino ejecutada por el Estado) en el comportamiento de los precios en otros mercados.
  8. Finalmente ("por ahora") el mecanismo refuerza la ofensiva contra la moneda venezolana, que ha sido la base de la "guerra económica" pues la tasa de cambio referencial para calcular los precios de los productos de origen colombiano es equivalente a la establecida por los cambistas de Cúcuta . La devaluación desde Cúcuta primero permitía a los contrabandistas adquirir más productos venezolanos (subsidiados con divisas preferenciales por el gobierno de Nicolás Maduro) con menos pesos. Ahora el esquema opera a la inversa aunque su efecto sobre la moneda venezolana es el mismo: los exportadores colombianos obtienen más bolívares con menos productos. Además de disparar el comportamiento de los precios en el mercado local, estas operaciones terminan por darle un anclaje en la "economía real" al persistente proceso de devaluación del bolívar. Ya voceros especializados han comenzado a advertir que en pocas semanas el valor del bolívar sería de sólo 1 peso.

Tomado de: Latabla.com



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Victor Hugo Majano


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