Quinto malo

La mejor trinchera es la de la paz

Todas las guerras son injustificadas. Cuando algún Estado la declara es porque persigue dominar a su objetivo. Las guerras son asuntos inhumanos. Sería profundamente contradictorio imaginar o calificar de humano a un acto violento, generalmente cruento, por el cual se arrasan vidas, se siembra terror, se colonializa y se imponen culturas de pensamiento único, como lo hace el capitalismo hace medio milenio en contra de los pueblos del mundo.

Hoy, el sistema de explotación más "perfecto" de cuantos han padecido las sociedades del mundo en sus procesos de producción, desde diferentes formas, está en declive, herido de muerte y acorralado. Ello no significa que se derrumbará ante los ojos de las generaciones presentes, pero su final es históricamente inminente.

El capitalismo, su más moderno mecanismo de expoliación, acumulación de capital y reproducción financiera, sabe que su fórmula neoliberal también fracasó. El pueblo soberano de Venezuela ofreció una inesperada y contundente bofetada al neoliberalismo y a sus paquetes de medidas económicas, en 1989. Mientras el Departamento de Estado yanqui frotaba sus manos por la alegría de imaginar que aquí yacíamos los vencidos, el bravío pueblo de Guaicaipuro y Urquía, éste emergía rebelde y en resistencia contra quienes quisieron y pretendieron masacrarle la memoria, la identidad, la conciencia.

Resistencia, proyecto emancipador, descolonizador y socialista, convergerían en Revolución Bolivariana y Chavista. Y ésta aquí está. Es Gobierno, pero sobre todo es pueblo, Patria, comunas, libertad. Es por eso que el imperio lo ataca, apunta y dispara, dispara guerra económica, mediática, social y política. Culpabiliza a Maduro, a nuestro presidente Nicolás Maduro y lo hace diana, para que se dispare sobre él, para que se le atine en el centro. El desespero imperialista y de las transnacionales petroleras, la angustia miserable del gobernante a quien se le acaba inevitablemente la mecha en la Casa Blanca, la fiera acorralada del neoliberalismo, todo atenta contra el capital.

El 1º de septiembre pudiese ser un amago o un nuevo Almagro, pudiesen ser balas de fogueo o terribles trazadoras en metralla, pudiese ser un golpe de Estado… Es un golpe de Estado con nuevos elementos. Violencia, violencia y más violencia… bochinche, bochinche y más bochinche. La mejor trinchera es la de la paz. Desde allí nos defendemos y desde allí disparamos. Lo único cierto es que venceremos… Tenemos el deber de vencer, patriota… ¡Venceremos!



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Iván Padilla Bravo

Director del semanario cultural "Todos Adentro", medio adscrito al Ministerio del Poder Popular para la Cultura. http://www.mincultura.gob.ve/

 ivanpadillabravo@gmail.com      @IvanPadillaB

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