¿Hasta cuándo?

¿Hasta cuándo iremos a estar los venezolanos y venezolanas, esperando que la confrontación entre la dirigencia de la revolución y de la oposición beneficie al pueblo y no a un par de grupos privilegiados que no les importa para nada el bienestar del país?

¿Hasta cuándo continuaremos por este camino, que ha conducido a Venezuela, en estos últimos años, al desastre en que nos encontramos actualmente debido al egoísmo, ineptitud, o falta de voluntad, de la clase dirigente de uno y otro bando?

Basta ir a cualquier parte del territorio venezolano, estar en cualquier cola para darse cuenta del descontento que reina entre el pueblo, tanto por un gobierno inepto y corrupto como por una oposición apátrida, vendida a intereses foráneos, que no es una alternativa para mejorar la situación si llegaran gobernar el país.

Sólo quienes tenemos una clara y sólida consciencia ideológica nos mantenemos incólumes ante los intentos contrarrevolucionarios, pero impotentes por carecer de una dirigencia revolucionaria firme y clara para contrarrestar la persistente acción desestabilizadora de los enemigos del pueblo. Los altos líderes del proceso, comenzando por presidente, ministros, gobernadores, alcaldes, diputados y dirigentes del partido, continúan con el discurso de la guerra económica y mediática, muestran pruebas de las diversas acciones que realizan diariamente la oposición, los empresarios y gobiernos de otros países para obstaculizar e impedir el desarrollo del socialismo bolivariano. Pero no toman medidas convincentes y contundentes, no convocan a los trabajadores para que asuman el control de las fábricas, de la producción y la distribución, no estimulan una verdadera producción agrícola nacional, una producción comunal en todo el país.

No se justifica afirmar que nos tienen una guerra y no tomamos "acciones de guerra" para impedir el derrumbe de la revolución.

¡O estamos o no estamos en una guerra!

¡No tiene ningún sentido estar otorgando dólares a la burguesía para que nos hagan la guerra!

¿Por qué no se han expropiado las empresas que están al frente de la guerra económica?

¿Por qué están quebradas y funcionan tan mal las empresas del Estado?

Pareciera que están en esta guerra del lado enemigo de la revolución.

¿Por qué no se transforma el modelo rentístico capitalista en un modelo productivo socialista?

¿Por qué el gobierno dice que estamos ante un golpe de estado y no se toman acciones enérgicas?

¡Pareciera que el gobierno está jugando a favor del éxito del golpe y la desaparición del proceso revolucionario!

¡Si la revolución se pierde, es por culpa de una dirigencia pusilánime o traidora, que no supo, no pudo o no quiso defenderla!

El pueblo chavista, crítico, duro, radical, está a la expectativa, esperando que sus líderes asuman una posición firme y clara.

¿Será que el pueblo socialista, bolivariano y chavista no hará nada para evitar esta debacle?

¿Dónde están los trabajadores organizados?

¿Estarán esperando que todo se haya perdido?

¿Qué hace el SIBCI, Sistema Bolivariano de Comunicación e Información, que solo está dedicado a entretener y distraer al pueblo y alabar al gobierno, cuando su deber es formar e informar al pueblo en revolución?

¿Será que seguiremos esperando que los líderes sigan en su ceguera y sordera y no oigan las propuestas de los verdaderos revolucionarios?

¿Será que vamos a esperar cómo se desmorona la revolución sin hacer nada para evitarlo?

No tenemos medicinas, no tenemos alimentos, carne, leche, café, artículos de aseo. Todos los productos aparecen por "cuentagotas", y a precios astronómicos. Cada quien le pone el precio que le venga en gana. Un país donde no se respeta la ley. Donde le han robado al pueblo más de ochocientos mil millones de dólares y no se hace una Auditoria Pública que permita conocer a los responsables. Donde el que tiene más saliva come más harina. Y vamos de mal en peor, pero el gobierno ni se entera, o aparenta no enterarse.

Ya es hora de que todos los venezolanos abramos los ojos, los chavistas y los antichavistas que deseamos un mejor país, que no hemos ganado nada con el enfrentamiento estéril, con las descalificaciones escatológicas, con las diatribas sin sentido, con marchas y contramarchas, con cacerolazos y concentraciones de apoyo a uno y otro bando. Todos hemos sido manipulados y desinformados. Todos tenemos que aportar nuestro granito de arena, para buscar soluciones a nuestros graves problemas que están azotando a Venezuela, para que prevalezca el encuentro, el diálogo sincero, el desarrollo armónico, utilizando métodos pacíficos y democráticos.

En resumen, nuestros dirigentes nos han llevado al desastre. La crisis no es sólo económica, social y política, es alimentaria, es de valores, es ética, es moral. El pueblo está indignado, está desorientado, está desconcertado, pero no protesta de manera masiva, porque existe una campaña mediática de acojinamiento, como si estuviésemos ante un fatalismo inevitable. Y nos distraen con shows, reinados, farándula, novelas, crímenes, programas de miserias humanas, con Facebook, twitter, etc.

No se justifica una situación estanflacionaria como la que estamos padeciendo actualmente, pues ya la producción está en sus niveles más bajos de su historia y la inflación por las nubes, una escasez desesperante, a pesar de que Venezuela es un país bendecido por la naturaleza, con inmensos recursos naturales, aguas abundantes, una enorme biodiversidad, enormes riquezas minerales, las más grandes reservas de petróleo y gas, para mencionar solamente unas pocas realidades. Pero lo más importante, con una pequeña población de gente alegre, pacífica, buena, noble, muy solidaria, hospitalaria y receptiva.

Desafortunadamente, tal vez debido a nuestras enormes riquezas, la clase que ha tenido en sus manos las riendas del país, con muy pocas excepciones, no ha estado a la altura suficiente para administrarlo. No ha sabido valorar, promover, ni estimular en la población, el trabajo productivo, digno, tan indispensable para el bienestar de una sociedad. No ha sido para nada previsiva, ni con la economía, ni con el clima, ni con las lluvias, ni con la agricultura. Se ha ido por el camino del facilismo, el consumismo, el despilfarro, la importación de todo cuanto se requiere, sin medir las consecuencias de la enorme dependencia en que actualmente nos encontramos por no tener la mas mínima capacidad de producción. Solamente se ha dedicado a disfrutar de las mieles del poder, mientras el pueblo se hunde en el abandono. Y para completar dicen que el pueblo es flojo. Que no le gusta trabajar. Que no respeta las leyes.

Hoy, después de un tiempo que estuvo Chávez tratando de fomentar valores socialistas, nuevamente se ha incrementado el individualismo, el consumismo, la falta de solidaridad, la corrupción, promovida e impulsada por un gobierno populista, confundido, desorganizado e irresponsable, que no acepta la crítica, que culpabiliza de todo lo que sucede al imperio, a la oposición, al Niño, a la guerra económica que él mismo fomenta, entregando dólares a empresarios parásitos, distribuyendo sin control alguno, dinero, viviendas, vehículos y productos de todo tipo con el fin de comprar conciencias y solidaridades. Los dirigentes del gobierno y el partido están como el avestruz, escondiendo la cabeza ante los problemas. Por otra parte, contamos con una oposición que no presenta una propuesta o un proyecto de país, que lo único que sabe decir es que el socialismo fracasó, cuando lo evidente es que en Venezuela todavía no se ha logrado consolidar ningún socialismo. Y mal puede fracasar lo que no ha existido.

¡Ya basta!

¡Ya es hora de que se vayan todos!

El pueblo tiene que decidir que tanto las cúpulas del gobierno como la oposición, no merecen estar al frente de la dirección del país. Ya nos han demostrado suficientemente que no pueden o no tienen la voluntad de conducir el país en la dirección que el pueblo necesita y desea. Ambos han destruido el país, ambos defienden la corrupción, el burocratismo, el nepotismo, el rentismo capitalista, tanto petrolero como minero, la entrega de las riquezas a empresas transnacionales.

¡No tienen moral para gobernar nuestro país!

El pueblo tendrá que determinar a quién poner al frente, vigilarlo y ayudarle a gobernar, pues definitivamente no es una sola persona quien puede gobernar el país, se requiere la participación colectiva, del pueblo organizado y organizándose. Debemos actuar organizadamente, sin violencia, sin estridencia pero con claridad, decisión y contundencia.

El pueblo venezolano no puede seguir esperando que un grupo de ineptos de uno y otro bando o que no quieren asumir su responsabilidad, nos sigan gobernando y continúe el imperio de la ineptitud, la corrupción, el despilfarro. Recientemente, el gobierno ha presentado una agenda económica con la que pretende dinamizar el aparato productivo por medio de lo que denomina los motores productivos, entre los que resaltan, el motor minero (¡Crimen ecológico que implica "la principal amenaza ambiental sobre Venezuela", o la destrucción del país!), el motor de las exportaciones (¡Cuando no producimos ni lo que requerimos para el consumo interno!), el motor turístico (¿con esa espantosa inseguridad que existe en toda Venezuela, vamos a atraer a los turistas?).

Es evidente que lo que se requiere impulsar es un modelo de producción socialista y para lograrlo, el motor más poderoso es la agricultura, pues dicho motor, además de asegurar la alimentación del pueblo venezolano, activaría todos los sectores de la economía del país. El impulso de un verdadero Proyecto Agrícola Nacional, dinamizaría toda la economía venezolana, (ver: http://propuestaagricolanacional.blogspot.com/)

Debemos hacer que la producción agrícola venezolana se constituya en un baluarte de una nueva independencia económica y para esto PDVSA Agrícola, AGROFANB, junto con el Ministerio de Agricultura, el INTI, el INIA, etc., deben estar al frente de la Batalla Agrícola para producir todo tipo de alimentos, alcanzar la seguridad y la soberanía alimentaria, indispensable para lograr la soberanía integral del país.

Quienes creemos en el Nuevo Socialismo o Socialismo del Siglo XXI, estamos convencidos de que el capitalismo decadente y perverso debe ser sustituido por un socialismo humanista, ecológico, respetuoso de la Pacha Mama, solidario, que no se trate de un perverso burocratismo, ni un criminal neocapitalismo, ni un capitalismo de estado, sino de una nueva forma democrática, donde impere el respeto mutuo, el trabajo libre, digno, no alienado y bien remunerado, la multiplicidad, la solidaridad, el respeto por la naturaleza y la Madre Tierra, a la cual pertenecemos y no ella a nosotros, donde lo social prime sobre lo individual, la paz sobre la guerra, el consumo racional sobre el consumismo depredador, donde la libertad esté ligada a la responsabilidad, donde exista el desarrollo de todas las formas de producción, bien sea de forma asociada, privada o mixta, sin imposiciones abusivas violadoras del estado de derecho, donde la corrupción sea severamente castigada, la contraloría social verdadera sea una realidad y las leyes sean inexorables. Donde no pueda un presidente insensato decretar en abierta violación de la Constitución Nacional, la destrucción de un parque natural, a cambio de un puñado de dólares. Donde los lobbies económicos no existan. Donde, en fin la dignidad humana sea el valor más importante.

¿Lo podremos construir?

30 /04 / 2016



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Gilberto Hernández Ortíz

Graduado en la universidad Nacional de Colombia en Licenciado en Ciencias de la educación especializado en el área de Física y Matemáticas Postgrado en Educational Media en la Universidad de North Carolina A&T State University año 1984 - Greensboro, N.C Prof. Jubilado de la Univ. de Oriente (Núcleo Anzoátegui)

 gilnandez@hotmail.com

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