El chavismo en Carvajal: ¿Oposición local o Gobierno?

Reconocerse en los espacios políticos, tanto como ubicarse en las dimensiones históricas de estos escenarios, genera identidad. Una identidad que debe producir claridad en el debate y coherencia en la acción. Una identidad que guíe todo lo que hacemos. Una identidad política que se nutra de una ética revolucionaria y que arroje resultados coherentes.

La izquierda en el mundo siempre ha tenido claro estos principios: reconocer el espacio político, valorar los tiempos, definir la identidad y asumir con claridad y coherencia la acción. Esta secuencia es útil en el camino de tomar incluso ¨al cielo por asalto¨ o en el mismo ¨que hacer¨ de los procesos ya tomados. Hay un principio ajedrecístico que retrata de una forma muy básica este principio: quien juega con piezas blancas debe tomar la iniciativa, quien juega con piezas negras debe defenderse. Es decir: a veces es necesario reconocer que la ventaja política está de nuestro lado y otras veces es necesario reconocer que debemos defendernos. Luego hay que obrar en el marco de ese diagnóstico. El mismo Comandante Chávez aplicó esta estrategia previa al año 1998: nunca olvidó que la izquierda era oposición al gobierno de ese entonces, aun cuando ya tenía apoyo popular, el discurso, el plan, los equipos y el sistema táctico. Lo hizo guiado por esta premisa. Luego vimos el triunfo en el escenario electoral, vimos un plan, unos métodos; vimos un discurso coherente con esta estrategia; después las acciones, en las cuales se plantearía acabar con la cultura política de la IV República, y después de gestar una de las Constituciones más democráticas del mundo, comenzaría el Gobierno legítimo de la Revolución Bolivariana de Venezuela.

A pesar del triunfo de 1998, la lucha por el poder permaneció en algunos Municipios y Estados. Teníamos gobiernos locales que a partir de este año comenzarían a formar parte de la oposición nacional contra el Comandante Chávez. Una vez que se declara la Revolución Bolivariana socialista y antiimperialista, se hizo importante y urgente recuperar los territorios gobernados por la oposición, en el marco de la lucha contra el capitalismo en su fase superior. Esta fue una lucha que debía librarse con coherencia revolucionaria, porque tenía repercusiones no sólo en un plano nacional, sino que tenía también implicaciones específicas en lo local, dignas de analizar, de reconocer, planificar y actuar en conformidad. De esto dependía la posibilidad de enlazar los espacios de poder local con los espacios nacionales, y así poder brindar bajo una nueva unidad orgánica, mejor apoyo a los planes y proyectos emanados de la dirección central de la Revolución.

¿Qué ocurre ahora en lo que concierne, por ejemplo, al municipio San Rafael de Carvajal? Nos preguntamos: ¿En este municipio las fuerzas revolucionarias son factores de oposición local o aún se consideran factores de gobierno? Para ser más precisos: ¿Somos oposición local o nos creemos aun que somos gobierno? ¿Cuál debería ser el plan una vez que definamos esta realidad?

Aun con todo el apoyo de las políticas nacionales, estructuradas en las Misiones Sociales y en las Instituciones del Estado, añadiendo además el apoyo del Gobernador del Estado, leal al ideario bolivariano, podemos incurrir en el error de confundir nuestra identidad municipal (oposición local o gobierno) y a generar una dinámica de lucha con menor intensidad por parte de todos los sectores revolucionarios. Aunado a esto, todavía existen factores internos que siguen entorpeciendo la imagen, la credibilidad y las tareas con su sola presencia en espacios de dirección política, y que repelen la insurgencia de nuevos liderazgos, o el clamor siempre oportuno de nuestra militancia, dando como resultado una peligrosa dilatación de las fuerzas y lo que es peor, la desmovilización de nuestro pueblo.

Contra esto se hace necesario entonces, en el marco de la batalla electoral del 6 de diciembre y de la repolitización del proceso revolucionario en el Municipio, la definición de nuestra identidad como fuerza política, como bloque, como un frente común, reconociéndonos en primera instancia como oponentes al modelo capitalista y clientelar de Marcos Montilla, actual alcalde del Municipio. Definir esto es asumir la necesidad de revisar los métodos y unir nuestras fuerzas políticas para tales fines.

Citamos a Gramsci: "El estado es concebido como el organismo propio de un grupo, destinado a crear las condiciones favorables para la máxima expansión del mismo grupo; pero este desarrollo y esta expansión son concebidos y presentados como la fuerza motriz de una expansión universal, de un desarrollo de todas las energías nacionales". Hoy, cuando intentamos evitar que la derecha, el fascismo y los intereses individuales se sigan fortaleciendo en nuestro municipio, y también: cuando el neoliberalismo y la oligarquía se sienten tan cómodos como para proponer una candidatura nacional a la Asamblea, la tarea de nuestra dirigencia y de nuestro pueblo en general se hace impostergable. Desde el Frente Unido Carvajal, continuamos llamando al debate, a las acciones, a la unidad de las fuerzas revolucionarias, a la revisión profunda de nuestros métodos, y a la construcción de una nueva ética política y comunitaria. ¡Chávez vive!

Frente Unido Carvajal

luis vallejo <vallejocarvajal@gmail.com

 



Esta nota ha sido leída aproximadamente 1014 veces.



Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter