Del refugio a su casa nueva en Navidad

Credito: Nancy Cervantes

Credito: CiudadCCS

03/12/12.- “Estoy muy agradecida con el comandante Chávez, porque gracias a él, ahora mi hija, mi esposo y yo contamos con un apartamento en este edificio. Acabamos de salir del refugio Viviendas de Transición Villanueva, en el Fuerte Tiuna, y aún estamos asombrados, aunque estábamos seguros de que el Gobierno no nos iba a abandonar”.

Así se expresó, visiblemente emocionada, Alejandra Amaro cuando abrió la puerta del apartamento marcado con el número 141, en el piso 4 del edificio ubicado en los terrenos donde antes funcionaba la Fábrica Nacional de Cemento (FNC), en El Valle. Allí, 80 familias más recibieron el pasado jueves 29 de noviembre las llaves de sus viviendas de manos del ministro de Vivienda y Hábitat, Ricardo Molina, dentro del programa Gran Misión Vivienda Venezuela.

“La casa que habitábamos en el sector Tinajitas, en la avenida Sucre de Catia, realmente no garantizaba seguridad. No era posible la vida allá, porque si llovía por las noches corríamos el riesgo de ser arrastrados con casa y todo por las bravas aguas de la quebrada Quita Calzón”, prosiguió la beneficiada.

En su relato, Alejandra hace un paneo por la época en la que su vida familiar quedó en cero, porque entró en la nefasta lista de personas que debían abandonar Tinajitas ante el inminente riesgo que corría su residencia.

“Entramos en el Plan Tricolor, lo que nos otorgaba un espacio temporal en un refugio. Permanecimos en el albergue tres años hasta que nos adjudicaron en este edificio. Es por ello que estamos agradecidos con el presidente Chávez y sus ministros. He confiado en usted desde que apareció en la vida política del país en 1992. Gracias mi presidente”, concluyó Alejandra al tiempo que sus ojos dejaron escapar unas lágrimas.

SIN DESPERTAR DE UN SUEÑO

“Todavía no despierto de este sueño que significa estar en mi vivienda propia. Todo esto ha sido como un sueño. Me siento muy feliz. Quiero adornar mi casa, estar con mi familia (mis hijas, mis dos nietos y mi esposo). Tener el techo es lo más importante, lo demás vendrá poco a poco”, resaltó Eris Díaz, a quien le adjudicaron un apartamento en la planta baja del edificio de la Fábrica de Cemento.

Sentada en el sofá de la sala de su nueva casa, cerca a un enorme árbol de navidad, la mujer relata que hace casi tres años salió sin muchas esperanzas de un rancho que estaba en Turmerito en el que “todo era sufrimiento”.

“Cuando caía una llovizna había que estar de un lado para otro colocando perolitas para atajar las goteras”, rememoró melancólica.

Al ser consultada su impresión sobre su nueva vivienda, la cara le cambió repentinamente. Se le dibujó una sonrisa de mejilla a mejilla y el brillo de sus ojos opacó el de las luces del arbolito ubicado a sus espaldas.

“Este apartamento es maravilloso. Yo lo veo como un castillo chiquitico. Todo esto es gracias a mi presidente Hugo Chávez”, soltó emocionada.

La mujer, acostumbrada a embraguetarse a las luchas sociales, dijo que ella y varios de sus vecinos están dispuestos a ir más allá. Relató que ya tienen varias máquinas de coser y un proyecto para montar una fábrica de piezas de lencería. Dijo que tienen pensado, para lograr su propósito, buscar la adjudicación de uno de los 40 locales socioproductivos con los que cuenta el edificio. “Allí vamos a montar la fábrica que beneficiará a esta comunidad”, acotó Díaz.

Apartamentos modelos para vecinos organizados

Las viviendas ubicadas en la Fábrica Nacional de Cementos, en El Valle, cuentan con 65 metros cuadrados, tres habitaciones, dos baños, sala, cocina, comedor.

Estos edificios tienen 10 pisos y fueron construidos con columnas en obra limpia y revestidos con bloques de trincote.

En el edifico entregado el pasado jueves 29, hay 40 locales que serán destinados a proyectos socioproductivos, que beneficirán a los habitantes de esa urbanización.

Por otro lado, ya los vecinos comienzan a dar muestras de organizición. Alejandra Amaro, una de las adjudicadas, relató que se están organizando para cuidar los espacios y edificios.

“Somos nuevos acá, pero cuidamos nuestro edificio con mucho celo. Ya estamos haciendo reuniones para conformar una junta de condominio, porque es un deber de todos los vecinos que este conjunto residencial se mantenga por siempre”, señaló Alejandra.

La vecina explicó que tienen la firme convicción de que para que haya paz y armonía entre los nuevos residentes de la urbanización debe existir un manual de comportamiento. “Ya estamos redactando el texto que contiene las reglas de convivencia”, informó.


Esta nota ha sido leída aproximadamente 9898 veces.



Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Notas relacionadas