Un ingente esfuerzo ha desarrollado el gobierno, en el marco de la Misión Energética, con el objetivo de lograr: el ahorro de miles de megavatios y millones de bolívares, evitar racionamiento eléctrico, disminuir los apagones, el consumo de hidrocarburos, la emisión del CO 2, el calentamiento global, y procurar la elevación de la conciencia del ahorro de energía en el pueblo venezolano.

Internacionalmente, resaltando la iniciativa legislativa de Australia, se ha desatado en Cuba, Canada, Rusia, Reino Unido, EEUU, la Unión Europea, Colombia y en agrupaciones ambientalistas (greenpeace, ban the bull, etc.) una corriente que empuja fuerte en la idea de la sustitución masiva y la prohibición de la comercialización de bombillos incandescentes.

En Venezuela, se desarrolla en la actualidad y desde el 2006, con el apoyo de miles de jóvenes brigadistas, la sustitución de lamparas incandescentes, como una contribución del Estado al ahorro de energía; no obstante, existen grupos que se niegan a sustituir los bombillos, por predisposiciones y prejuicios, y adicionalmente encontramos, que por cuestiones de precio (aunque el presidente manifestó que los costos de producción de unos y otros bombillos son similares) se hace difícil el mantenimiento de la acción en el tiempo, por iniciativa propia de los ciudadanos (a pesar de las bondades y el ahorro real en el tiempo).

Por tales motivo, dando un paso al frente en el avance revolucionario propongo publicar rápidamente una normativa legal que permita acelerar la iniciativa, disponiendo jurídicamente, en una Ley especial:

- Principios generales relacionados con el uso racional y eficiente de la energía, en las fases de generación, transformación, transporte, distribución y consumo.

- La creación de una empresa estatal para la producción de bombillas ahorradoras (ya se ha hablado de asociaciones estratégicas con el gobierno de China y Vietnan para estos fines).

- La obligación de órganos, instituciones y empresas estatales en la aplicación inmediata de la medida de sustitución.

- El apoyo financiero (créditos e incentivos fiscales en un periodo de transición) a las empresas productoras de bombillas incandescentes del país, y nuevas empresas socialistas que adopten sus procesos y tecnologías a la generación de los bombillos de bajo consumo.

- La obligación Estatal de exigir en los proyectos de construcción (viviendas, empresas públicas, obras públicas, etc.) la inclusión de la variable “uso racional y eficiente de la energía y utilización de lamparas frías”, para la concesión de licitaciones.

- La prohibición de importación y comercialización de bombillos incandescentes en el país, (en un tiempo prudencial).

- Lineamientos y políticas de reciclaje, que permitan regular la disposición del mercurio que contienen las bombillas fluorescentes.

- El control de precios para la de venta al público de los bombillos ahorradores.

En fin, propongo que el gobierno, para alcanzar un cambio acelerado, estructural y permanente, dicte (con las facultades habilitantes y con el perdón de Edison) un decreto ley para el “Uso Racional y Eficiente de la Energía Eléctrica” que consolide la política gubernamental, la voluntad del jefe del Estado, y el contenido ambientalista de la Revolución Bolivariana, dando sustento legal, impulso Estatal y potenciación de la cultura y la misión energética.

Es necesario que continuemos dando cuerpo y sustento jurídico a los proyectos y misiones gubernamentales, no bastan campañas de conciencia y esfuerzos políticos genuinos, las ideas progresistas deben ser consolidadas y atornilladas a la estructura estatal. Formalicemos las misiones, demos base legal al proyecto revolucionario. Deben ser las leyes (incluyendo la carta magna) cimientos de la estructura del nuevo estado socialista, herramientas de aceleración formal de los cambios y reflejo del pensamiento y accionar revolucionario, para la historia y el mundo.