A raíz del artículo anterior, hemos recibido unos cuantos mensajes pidiendo la ampliación del tema sobre la Medicina Integral Comunitaria, así que resolví volver a consultar con el doctor Adleys Coraspe, coordinador docente de esta carrera; lo conseguí en el segundo piso del hospital Ruíz y Páez, en el área de terapia intensiva, espacio muy bien dotado donde labora, viste una camisa roja rojita debajo de una impoluta bata blanca, colgado al cuello, un estetoscopio, cambiamos algunas impresiones que habían quedado en el tintero:

Bueno -dice Coraspe- ya han salido dos promociones, viene la tercera ahorita, estamos preparando la tercera. La primera se llamó Simón Bolívar, la segunda Hugo Chávez Frías y la que saldrá en diciembre, aún no tiene nombre. No tengo la cifra exacta pero está por el orden de los cinco a seis mil graduandos, éstos comenzarán a trabajar en enero del año que viene, esta es una característica primordial de este programa, que el estudiante, terminando el sexto año, recibe (antes de entregarle el título) algo que se llama Carta de culminación de estudios, emitida por alguna de las seis universidades que acreditan el programa de medicina integral comunitaria, además se le entrega un registro provisional ante el ministerio del Poder Popular para la Salud, para ejercer la medicina, con esos dos documentos, el ministerio los contrata y les asigna lugares de trabajo, comienzan a trabajar, esperan el acto de grado y se les entrega el título, ellos con el título en su poder, consignan sus documentos ante el ministerio (de salud) para que se vaya tramitando toda la papelería pertinente de los requisitos básicos para tener el empleo y cumplir con el artículo 8 de la ley donde dice que ese registro provisional se convierte en su matrícula definitiva.

Aclaro – continúa Coraspe- el ejercicio médico en Venezuela y de muchas carreras profesionales, origina una inscripción en el ministerio respectivo, en el caso (del ministerio) de salud, ese registro se llama matrícula, es un número, como la placa de un carro; durante un tiempo, uno o dos años, los médicos recién graduados, trabajan con la matrícula provisional, cuando cumplen el artículo 8, esta matrícula se convierte en definitiva, ya son de libre ejercicio. (Artículo 8. Para ejercer la profesión de médico en forma privada o en cargos públicos de índole asistencial, médico-administrativa, médico-docente, técnico-sanitaria o de investigación, en poblaciones mayores de cinco mil (5.000) habitantes es requisito indispensable haber desempeñado por lo menos, durante un (1) año, el cargo de médico rural o haber efectuado internado rotatorio de postgrado durante dos (2) años, que incluya pasantía no menor de seis (6) meses en el medio rural, de preferencia al final del internado). Por otro lado, hay cierta especie de mora que tiene el estado venezolano, la Asamblea Nacional, en sancionar la nueva ley de Salud, tiene que preponderar el ejercicio de la salud pública sobre el ejercicio de la medicina privada, eso hay que hacerlo.

Hay una diferencia fundamental en cuanto a la inserción al campo de trabajo para los egresados en Medicina Integral Comunitaria, a diferencia de los egresados en la medicina tradicional, los integrales tienen sus empleos asegurados, el ministerio del Poder Popular para la Salud los inserta inmediatamente en la Red de Atención Primaria, incluyendo los hospitales, por intermedio de las Direcciones Regionales de Salud de cada estado. En el caso del estado Bolívar, esto le corresponde al Instituto de Salud Pública, y como bien lo dice el doctor Coraspe: -En el instituto de salud de nuestro estado hay dos direcciones, una es la Dirección de Atención Hospitalaria y la otra es la Dirección de Investigación y Docencia. Los egresados quedan a cargo de estas dos direcciones, la segunda, de docencia e investigación, los asigna, conjuntamente con los jefes de distrito y la dirección de hospitales, en los respectivos sitios donde se requiera sus servicios. Estos médicos recién graduados comienzan un proceso de internado, eso es por dos años y lo realizan todos los médicos graduados en Venezuela, integrales o no, puede ser internado rotatorio, rural o mixto, los nuestros, en su amplia mayoría están haciendo, el mixto, es decir hacen internado rotatorio en los hospitales de todo el estado, desde Caicara, hasta Upata, San Félix, Tumeremo, Santa Elena, aquí en el Ruíz y Páez y en el Seguro Social, pero también lo hacen en todos los ambulatorios rurales del estado y rotan, entre el hospital y los servicios y entre los ambulatorios, significa esto que hacen internado rotatorio hospitalario e internado rural, al mismo tiempo se les da talleres de capacitación continuos para que asuman el reto y el ejercicio de trabajo integral en las comunidades, que es para los que están formados, es el deber ser, es lo que llamamos la Red de Atención Primaria-.

Coraspe, como buen docente, desempolva cifras y estadísticas, nos dice que en el mundo el 80% de las consultas médicas en el mundo, se resuelven en la comunidad, hay una famosa regla de Pareto, el 80-20, quiero decir, traspolando, que el 80% de las consultas no son hospitalarias, solo lo son el 20 % restante, pero en la práctica esto no se cumple, por una mala conducta ciudadana, acostumbrada a la medicina tradicional, se usan mal los servicios públicos, domina el escenario la enfermedad y no la prevención. Por eso el objetivo de la medicina integral comunitaria es revertir esta práctica.

El tiempo corre y, en el caso de un médico intensivista es valiosísimo, así que el doctor Coraspe nos pone en contacto con dos médicos recién graduados que accedieron a ampliar el tema, ellos son el doctor Rolando Alveiro Oronoz, joven de 29 años nacido en Tumeremo y el doctor Enderson Ortega, de Ciudad Bolívar, los dos empezaron con la primera cohorte, la misma que comenzó a estudiar en la Escuela Latinoamericana de Medicina Salvador Allende, situada en La Habana, Cuba, allí estuvieron un año, luego pasaron a la población de Matanzas. Allí en Cuba estuvieron por cuatro años continuos, educados por docentes cubanos, viendo materias tales como fisiología, historia, anatomía, bioquímica, biología, castellano, historia latinoamericana, historia de Venezuela, historia de Cuba, etc.; allí se relacionaron con otros estudiantes latinoamericanos, jóvenes bolivianos, brasileños, argentinos, peruanos, mexicanos, ecuatorianos y paraguayos, luego regresaron a Venezuela y continuaron por 3 años más, encargándose de sus estudios los doctores Adleys Coraspe y Mario Guastapaglia (q.e.p.d), entre otros. Estos jóvenes médicos, al unísono, corroboran que, desde el inicio de la carrera, están interactuando con los pacientes, asesorados, claro está, por los docentes cubanos y venezolanos que los enseñan, me hablan del servicio rotatorio hospitalario. En sus respectivas consultas hacen el diagnóstico del paciente tratado, haciendo hincapié en la parte holística, entendiendo al ser humano como una unidad: cuerpo, mente y espíritu. El enfoque pretende tratar al paciente y no a su enfermedad.

El doctor Enderson Ortega toma la palabra: “la Medicina Integral Comunitaria tiene, como su nombre lo indica, una visión integral, trata al paciente desde un punto de vista psico-social, más que unos médicos curativos somos médicos preventivos, en ese sentido tratamos de reducir la morbimortalidad a nivel nacional, previniendo que el paciente se enferme. Estamos preparados además, para curar al paciente de cualquier patología presentada, por lo tanto es un mito capitalista que no estamos preparados para curar, eso es una falacia”.

Termino mi conversación con estos dos jóvenes médicos venezolanos con la convicción de que hay en nuestro país una nueva forma de curar, una nueva forma de encarar las enfermedades, un nuevo ideal socialista suficientemente inculcado por nuestro comandante inmortal y hecho praxis en estos jóvenes profesionales que, suficientemente convencidos del papel que están destinados a llevar a cabo, lo hacen con mística y humildad revolucionaria.