El reimpulso de las misiones: Ya era hora

El anuncio que hizo recientemente el presidente Nicolás Maduro sobre el reimpulso de las misiones socialistas nos contenta ya que es bastante notorio que muchas de estas se han venido abajo y no únicamente en las entidades donde gobierna la oposición golpista. Particularmente creo que esta medida debe pasar por la revisión y rectificación para corregir los entuertos.

Hemos visto como en algunos casos las misiones se han convertido en apéndices del Gobernador o Alcalde “rojito” quien ve a los misioneros como la vía más cómoda de llenar las gradas en sus actos proselitistas, lo cual no resultaría tan malo si por lo menos contribuyeran al fortalecimiento de estos programas que nacieron para atender directamente las necesidades del pueblo y burlar la burocracia. Así nacieron las misiones educativas que en sus comienzos dieron resultados tan positivos como por ejemplo la Misión Robinson cuya labor permitió que Venezuela fuera declarada por la Unesco territorio libre de analfabetismo. La Milagro fue otra de las misiones emblemáticas que devolvió la vista a miles de compatriotas venezolanos y latinoamericanos y hoy ha venido en detrimento en muchas localidades.

Si lo que se quiere es que logren el impacto esperado hay que depurar de fondo. Las misiones tampoco han escapado a la corrupción. He sabido de misiones de donde son desviados los recursos para fines personalistas y de funcionarios que valiéndose de su estatus gubernamental secuestran el beneficio para favorecer a grupitos del entorno político o familiar dejando por fuera a las personas que más requieren de la ayuda social.

Me resulta inaceptable el hecho de que haya coordinadores sempiternos en las misiones. Es hora también de renovar los equipos que han permanecido enquistados por años al frente de algunos programas y que por ese motivo ya se creen dueños de las misiones. Tampoco comparto la propuesta que hizo un alto funcionario por ahí de poner al frente de las misiones a los gobernadores porque es un arma de doble filo. Estoy de acuerdo con que las Misiones sean monitoreadas por un equipo de alto gobierno y del poder popular para evitar desvíos y distorsiones del sistema. Coincido con el presidente Maduro hay que recorrer las calles no es posible que todavía tengamos indigentes en la calle ante la mirada indolente de compatriotas que dicen ser revolucionarios. ¿Y la Misión Negra Hipólita? Bien y gracias. Aquí en Ciudad Bolívar hay locos e indigentes pa’ tirar pal techo.


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