The New York Times pide el levantamiento del bloqueo contra Cuba en un nuevo Editorial

Credito: Cubadebate

26 oct. 2014 - En un nuevo editorial publicado en inglés y español -el tercero en menos de un mes-, el diario The New York Times exige el levantamiento del bloqueo contra Cuba por considerarlo "una política fallida".

Este editorial, titulado "Los cambios electorales respecto a Cuba", que saldrá mañana en la edición impresa y se adelantó este sábado en la digital, se suma a otros dos en días recientes: "Tiempo de acabar el embargo de Cuba" (12 de octubre) y "La impresionante contribución de Cuba en la lucha contra el Ébola" (20 de octubre), en los cuales se pide al Presidente Barack Obama que levante las sanciones contra la Isla.

El Times asegura que "en tiempos pasados, no muy lejanos, todo candidato político creíble haciendo campaña en Florida para elecciones estatales o nacionales obligatoriamente debía recitar denuncias contra el gobierno cubano y proclamar su fe en que el embargo a la isla finalmente sacaría a los Castro del poder".

Añade que "durante generaciones, para los cubanoamericanos, un grupo que anteriormente fue altamente monolítico a la hora de votar, el embargo representó un símbolo de desafío, más credo que política".

Eso ha cambiado drásticamente en los últimos años, asegura, "a medida que los más recientes miembros de la diáspora se han manifestado a favor de fomentar lazos estrechos con la isla. Cuba sigue siendo un tema político importante en Florida y, hasta cierto punto, a nivel nacional. Pero el tema se ha vuelto mucho más complejo".

Agrega que

"esa evolución ha permitido que un creciente número de políticos destacados puedan llamar el embargo una política fallida, y argumentar que ponerle fin a la era de enemistad con Cuba representa la mejor oportunidad para fomentar un futuro más próspero en la isla. Muchos industriales cubanoamericanos que defendieron el embargo en el pasado se han convertido en partidarios de establecer nuevos nexos con la isla. El lobby pro-embargo, hoy en día, recauda una fracción de los fondos que colectaba en años anteriores. El Presidente Obama recibe actualmente más correspondencia de legisladores que están a favor de reanudar la relación, que de aquellos que aún quieren mantener sanciones."

En el Editorial, la publicación reconoce que en la Casa Blanca los asesores del presidente están considerando cuánto progreso pueden lograr al ampliar lazos con Cuba, una aspiración que Obama ha tenido hace mucho tiempo. "El presidente se pronunció a favor de abolir el embargo cuando era candidato al Senado en 2004, aunque se retractó durante la contienda presidencial, argumentando en 2008 que las sanciones permitían que Washington ejerciera presión sobre el gobierno cubano", dice el Times.

Asegura que "cualquier giro significativo en política exterior respecto a Cuba sería riesgoso. Pero la reacción de quienes se oponen a normalizar la relación sería tolerable, aún en la comunidad cubanoamericana, si se tienen en cuenta las oportunidades que una expansión del comercio, comunicación y relaciones interpersonales representaría para empresas norteamericanas y cubanos en la isla".

El diario recuerda que Charlie Crist, el antiguo gobernador de Florida, quien se ha postulado para regresar al cargo, recientemente dijo que estaba dispuesto a viajar a Cuba durante la campaña.

"Abandonó la idea, diciendo que su agenda estaba demasiado apretada. Sin embargo, Crist ha dicho enfáticamente que el embargo es una política obsoleta que debe ser abandonada. Hillary Rodham Clinton escribió en su autobiografía recién publicada, y lo reiteró en una entrevista, que hoy en día está a favor de terminar el embargo, llamándolo una estrategia fallida".

En Florida, los congresistas han planteado posiciones respecto a Cuba que, en otra época, hubieran representado un suicidio político. "Kathy Castor, una representante Demócrata de Tampa, viajó a la isla el año pasado y, a su regreso, hizo un fuerte llamado por terminar el embargo, diciendo que Estados Unidos no estaba sacando provecho de las reformas económicas que el gobierno Cubano había implementado. Ella piensa que, lejos de que esto le haya costado políticamente, su posición ha sido aplaudida por miembros de su electorado, incluidos los cubanoamericanos, que quieren influir en el futuro de la isla", confirma el diario.

The New York Times reconoce los obstáculos que significa la ultraderecha de origen cubano:

"Aún así, acabar el embargo exigirá mayores giros en la opinión pública, dado que se requiere acción en el Congreso, y hay un pequeño pero apasionado grupo de legisladores de ascendencia cubana quienes abogan por mantener el embargo. Los defensores más visibles son el Senador Robert Menéndez, un Demócrata de Nueva Jersey; el Senador Marco Rubio, un Republicano de la Florida; y dos congresistas Republicanos de Miami: Ileana Ros-Lehtinen y Mario Díaz-Balart."

Sin embargo, asegura el Times, "a la Casa Blanca le preocupan menos los ataques de legisladores Republicanos, ya que suelen criticar su política exterior reflexivamente. Mientras varios de sus colegas han viajado a Cuba recientemente, Ros-Lehtinen, una de las más fervientes defensoras del embargo, parece estar desinformada del día a día en la isla. Durante una entrevista reciente, al criticar la visita a La Habana de Beyoncé y Jay-Z, Ros-Lehtinen expresó indignación de que la pareja de artistas se hubiera hospedado en un hotel lujoso al cual los cubanos no tienen acceso, aún si tuvieran dinero. Resulta que el gobierno cambió esa regla en 2008″.

Añade que "a medida que el ámbito electoral respecto a Cuba ha cambiado, algunos políticos cubanoamericanos han comenzado a pedir que se evalúe la ley que permite que los cubanos que llegan a Estados Unidos se vuelvan ciudadanos norteamericanos de manera expedita. Esto parece ser a raíz de que muchos de los nuevos inmigrantes desean mantener vínculos cercanos con la isla y crecieron detestando el embargo".

Finalmente, el periódico afirma que la administración estadounidense no debe seguir "anclando la política exterior estadounidense en un curso errado".

Lea el Editorial íntegramente en The New York Times



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