Un nuevo capítulo de la guerra mediática en Venezuela

Juio Lattán, presidente del Frente Bolivariano de Abogados.

Juio Lattán, presidente del Frente Bolivariano de Abogados.

Credito: vtv

Mayo 25, 2009.-. "Burgueses, pitiyanquis, están jugando con fuego, manipulando, incitando al odio, yo sólo les digo que eso se va a acabar; una cosa es la crítica y otra es la conspiración". Sin eufemismos, y marcando el ritmo y los tiempos para instalar debates nacionales, desde que Hugo Chávez volvió a arremeter contra los medios privados en general y Globovisión en particular, retornó a los primeros planos la "guerra mediática" venezolana, librada entre los medios opositores -promotores del golpe de 2002- y el pueblo que impulsa el proceso revolucionario.

A pocos días de cumplirse dos años de la no renovación de la concesión al canal opositor RCTV, la mira está puesta ahora sobre Globovisión, principal portavoz de la oligarquía nativa. Al puntapié inicial de Chávez le siguió una catarata de declaraciones de funcionarios del gobierno que van en el mismo sentido. El Presidente llamó a la población a no seguir tolerando el "terrorismo diario" que impulsa Globovisión y ordenó al ministro de Obras Públicas y Vivienda, Diosdado Cabello, a hacerse cargo de las investigaciones por las denuncias de "manipulación e incitación al odio" contra este medio de comunicación. Cabello agarró el guante y aseguró: "Vamos a trabajar para acabar con el latifundio radioeléctrico”.

El martes pasado, diversos movimientos sociales y medios comunitarios acompañaron al Frente Nacional de Abogados Bolivarianos en un reclamo al Tribunal Supremo de Justicia para que se pronuncie sobre el recurso de amparo constitucional presentado contra los directivos de Globovisión por graves violaciones a los derechos humanos. La denuncia fue presentada en 2004 y todavía no hubo avances en la investigación.

Las organizaciones piden “el cese de la impunidad con esta televisora, dedicada a distorsionar los hechos, a la difamación e injuria constante contra el pueblo de manera reiterada, constante, sistemática y planificada con el único objeto de causar desestabilización en la población”. Según Julio Latan, vocero del FNAB, “en Globovisión se violan derechos humanos y muchísimas normas constitucionales, en especial aquellas que tienen que ver con la integridad psíquica y mental del pueblo, apología del delito, la propaganda de guerra y las campañas discriminatorias", y aseveró que no buscan el cierre del canal sino "que pase a manos pueblo".

En efecto, las organizaciones sociales reclaman la intervención del canal, la remoción de su directiva y su sustitución por una directiva provisoria con participación de los movimientos populares y control social.

En la otra vereda, las declaraciones de Guillermo Zuloaga, presidente de Globovisión (a quien acaban de allanarle una vivienda donde había 24 autos y camionetas nuevos “sospechosos”), sintetizan su perfil ideológico: “Tenemos nuestro compromiso de defender los sagrados principios y valores de la democracia, la propiedad privada y sobre todo, la libertad de expresión. A continuar promoviendo la conciencia social, pero luchando contra el comunismo, que lo único que trae es ruina".

Ante este planteo de la falta de libertad de expresión en la Venezuela bolivariana, recobran vigencia las palabras del analista político Noam Chomsky acerca de que "si en Estados Unidos algún medio hubiera apoyado un golpe militar que derrocara al gobierno, los propietarios y gestores habrían sido ejecutados”. Está claro que si algo sobra en Venezuela es la libertad de expresión.

A la par del caso Globovisión, se reabre en Venezuela, además, el debate sobre la actualidad y las características que tienen (y deberían tener), también, los medios de comunicación estatales.

Video Fuente: http://www.youtube.com/user/geritabrown



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La fuente original de este documento es:
Prensa De Frente (http://www.prensadefrente.org/pdfb2/index.php/a/2009/05/23/p4723)



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